Los días 20 y 21 de septiembre de 2020, se celebrará un referéndum constitucional sobre la reducción en un tercio del número de diputados de la Cámara y el Senado. Se votará un sí o un no y no habrá quórum.
El Sí da luz verde a la reducción del número de miembros del Parlamento mediante la modificación de los artículos 56 y 57 de la Constitución. Se trata de un recorte lineal, que no afecta a las funciones de la Cámara y el Senado (bicameralismo igualitario) la Cámara y el Senado se reducen en poco más de un tercio (un 36,5% si se quiere ser preciso). El No mantiene el status quo.
Entre los principales temas de la campaña – en los que insiste el frente del “Sí” – está el tema del ahorro. Esto resulta en un ahorro anual de 53 millones en la Cámara y 29 millones en el Senado. Sin embargo, por otra parte, se puede pensar en una reducción de otros gastos “generales” (gestión de las oficinas, de la papelería a los teléfonos, de los fondos a los grupos, etc…) más difíciles de cuantificar (según algunas estimaciones, se trata de unos 30 millones).
El corte es lineal y, así mismo, los efectos varían de una región a otra. El Senado es elegido sobre una base regional y hoy la Constitución prevé un número mínimo de escaños para cada territorio: siete senadores por cada región (excepto dos para Molise y uno para Valle de Aosta). Si el voto positivo gana, el número mínimo será de 3 senadores por región o provincia autónoma. Las diferencias entre una región y otra son más marcadas.
Aquí hay otro punto del debate: el de la representación. Para el frente del “No”, las regiones más pequeñas no estarían adecuadamente representadas. Y eso no es todo. Los pequeños colegios traen consigo un efecto de “barrera natural”: si hay tres o cuatro asientos en juego, sólo pasan los partidos más grandes, y todos los demás quedan fuera. Esto también debilita la representación de los partidarios del No.