Por Aldana Sofía Vidal (Politólogos Al Whisky) – 21/09/2020
Polonia es actualmente uno de los bastiones más fuertes de la moral ultraconservadora y cristiana de Europa. El presidente Andrzej Duda, un aliado del partido de derecha gobernante, Ley y Justicia (PiS), ganó una reelección ajustada en julio (51,03% de los votos) luego una campaña en donde prometió defender la identidad católica tradicional del país. Esto permitió que la agenda de reformas del gobierno se profundice, alejándose de los postulados de la Unión Europea (UE), y en detrimento de los derechos de la comunidad LGBT.
En la campaña presidencial, la cuestión alrededor de la comunidad LGBT fue uno de los principales temas que el oficialismo utilizó para obtener apoyos. Duda no sólo definió al movimiento de derechos LGBT como más peligroso que el comunismo, sino que también firmó una carta en donde desconoce cualquier otro tipo de núcleo social que no sea el de la familia heterosexual. Además, prometió un paquete de medidas “pro-familia”, que incluían el compromiso de impedir el matrimonio homosexual, como también evitar que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños y que en los colegios se tematice la diversidad sexual.
El gobierno de derecha de Polonia considera los derechos LGBT como una amenaza hacia los valores católicos tradicionales y la identidad del país. No sólo se opone al matrimonio igualitario, también ha implementado iniciativas en contra de los derechos sexuales de las mujeres, el derecho al aborto y personas transexuales. Jaroslaw Kaczynski, líder de los conservadores en el poder y exministro de Polonia, denunció a la comunidad LGBT, junto con la teoría de género como una “amenaza a la identidad, la nación y el Estado polaco”.
A su vez, cerca de treinta pueblos y comunas de Polonia se declararon “libres de la ideología LGBT”. La UE reaccionó rechazando pequeñas cantidades de financiación a seis comunidades que habían firmado esta declaración. Pese a que las declaraciones no tienen poder legal ni consecuencias, la UE las considera muy discriminatorias.
Según algunas ONG, como Campaña contra la Homofobia (KPH), tres de cada cuatro personas homosexuales han sido agredidas debido a sus preferencias sexuales. Sin embargo, cerca del 90% de estas agresiones no se denuncia porque el Gobierno no las considera “crímenes de odio”.
El portal Rainbow Europe mide el grado de aceptación de los países a la comunidad LGBT según diferentes variables. Los países se sitúan en una escala entre el 0% (graves violaciones de los derechos humanos, discriminación) y el 100% (respeto de los derechos humanos, plena igualdad). Actualmente, Polonia, de todos los países de la Unión Europea, se encuentra en el último puesto con un 15.84%.