En el día de ayer, en el marco de las sesiones anuales de la Asamblea General, la presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, denunció el abuso del gobierno kirchnerista por sobre la política boliviana.
Consecuentemente a la renuncia del ex mandatario Evo Morales, Áñez sostiene que Bolivia ha optado por el camino de la libertad. Es así que denuncia “ante el mundo el acoso sistemático y abusivo que ejerce […] el gobierno kirchnerista contra las instituciones y contra los valores republicanos en Bolivia”.
Aclaró que no tienen nada en contra el pueblo argentino, ni contra el peronismo, tampoco contra el populismo nacionalista. Sin embargo, acusó al actual gobierno argentino de abalar el abuso y violencia para mantener el poder y las posiciones contrarias a la libertad.
Manifestó la intromisión del kirchnerismo por sobre la política boliviana al amparar la conspiración violenta de Morales contra la democracia boliviana desde suelo argentino.
Denunció la impunidad ofrecida al “ex dictador que enfrenta casos de violaciones a los derechos humanos, violaciones sexuales a menores y complicidad por asesinato político”.
El mensaje que dejó Áñez al gobierno fue muy claro: “La nación boliviana no es propiedad privada […], somos un pueblo soberano y respetable”.
Recordemos que Evo Morales recibió en el 2006 la transferencia de mando como Presidente Constitucional de la República de Bolivia. En el 2019, luego de denuncias tanto nacionales y como de organismos internacionales como la OEA, renunció a su cargo y se le fue concedido asilo político en México.
Después de la asunción de Alberto Fernández a la presidencia argentina, Morales arribó al país y allí permanece en calidad de “refugiado político”. Desde entonces, Jeanine Áñez ejerce el cargo de presidenta interina.
El gobierno argentino respondió a las críticas mediante un breve comunicado. En el mismo “lamenta la intervención” de la mandataria y la invita a poner “sus energías en tener elecciones presidenciales libres y transparentes“.