Por Mateo Garza (Politólogos Al Whisky) – 16/10/2020
Recientemente el FMI informó que espera una contracción del PBI mundial del 4,4% para 2020, un número menor al que había estimado en junio. A pesar de este pronóstico menos severo, el organismo advirtió que la economía global aún se encuentra en una profunda recesión y que todavía hay un riesgo considerable de que estos números empeoren dada la incertidumbre del contexto que vive el mundo.
La economía mundial sufre las consecuencias del daño que la pandemia causó a los intercambios comerciales y las cadenas globales de valor. Según uno de los últimos boletines de la CEPAL, la pandemia puede significarle un retroceso de tres años al transporte marítimo en relación a las cargas transportadas. El dato es preocupante si tenemos en cuenta que el 84% del volumen de comercio internacional se transporta por esta vía. El tráfico de contenedores sufrió una fuerte caída durante abril y mayo, en especial en América Latina, que aún sigue sin poder recuperarse mientras el resto del mundo lo hace lentamente.
Las cifras del FMI anticipan que la recuperación de la economía será “larga, desigual e incierta”. Para la zona euro se pronostica la mayor caída (8,3%) en 2020 pero también un buen rebote de 5,2% en 2021. Asia emergente tendrá una leve disminución del PBI y una recuperación sorprendente del 8%. Por su parte, América Latina es la región más golpeada del mundo con la segunda mayor caída (-8,1%) y un rebote de solo el 3,6% para el año que viene.
China ya registra tasas de crecimiento y su comercio exterior experimentó un ‘boom’ en septiembre con un aumento considerable de sus exportaciones e importaciones, motivado por la demanda internacional de electrónicos y equipos médicos. De todas formas, está en duda la capacidad del gigante asiatico de honrar la “fase uno” del acuerdo comercial firmado en enero, en el que se comprometió a comprar 200 mil millones de dólares en bienes y servicios estadounidenses, lo que puede dificultar aún más la relación con Washington.
El comercio internacional sufre hace tiempo de tensiones geopolíticas y del creciente proteccionismo a nivel global, tendencias que la pandemia ha profundizado. La renuncia del director de la OMC, Roberto Azevedo, y las amenazas de Trump de abandonar el organismo diluyen las esperanzas de una coordinación a nivel global para facilitar el comercio, una de las herramientas más importantes que tendrá América Latina y todos los países en desarrollo para la recuperación post-pandemia.