Por Alejo Sanchez Piccat (Politólogos Al Whisky) – 21/10/2020
Cuando se habla de la energía nuclear, las primeras imágenes que suelen aparecerse en el cerebro del común denominador de las personas es un hongo nuclear, posterior a la imagen catastrófica se suele viajar hasta Chernobyl y Fukushima y por último, se relaciona e identifica a Homero Simpson durmiendo en su oficina de la central nuclear de Springfield. Si bien la energía nuclear es todo lo anterior mencionado, es también mucho más y puede ser aplicada a distintos sectores de la sociedad civil y distintas industrias.
Se toma noción entonces, del trabajo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ante la pandemia por el Coronavirus y a cómo este trabajó codo a codo con distintos países aplicando no solo las salvaguardas de los protocolos para evitar la proliferación nuclear de distintos actores, sino desarrollando mecanismos a través de la medicina nuclear para contribuir a los activos de los Estados para contener la pandemia.
La detección temprana del SARS-Cov 2 implicó el desarrollo y la proliferación de distintos mecanismos en el cual se exploraron métodos para acortar tiempos y mejorar la precisión de los diagnósticos. La fórmula es simple, mientras un Estado pueda detectar más rápido y más cantidad de casos de Coronavirus, será más sencillo estar preparado para tomar decisiones en torno a la contención y evitar rebrotes de la enfermedad.
En ese sentido el OIEA toma relevancia en la cooperación activa que hizo con aproximadamente 120 países otorgando kits RT-PCR en tiempo real . Este método nuclear se basa en la detección de la presencia de material genético específico en los patógenos, se utiliza un marcador de isótopos radioactivos para detectar material genético y así identificar la molécula del virus. Lo que difiere el RT-PCR en tiempo real con el convencional es que mientras el último arroja los resultados al final, el método nuclear permite a los científicos observar los resultados de manera casi inmediata mientras el proceso transcurre, esto se traduce en fiabilidad, precisión y eficacia para la detección del Coronavirus.
El RT-PCR en tiempo real no es nuevo, se desarrolló hace 20 años a través de la Red de Laboratorios de Diagnostico Veterinario (VETLAB) y ya fue utilizado en otras enfermedades para la detección de las mismas. Tal como expone el informe de la OIEA de septiembre de 2020, la utilización de estos mecanismos de detección de enfermedades zoonóticas (enfermedad que puede transmitirse entre animales y seres humanos provocadas por virus, bacterias, parásitos y hongos) se empleó en los brotes de Ébola en África (2014-2016), Zika (2016), MERS-Cov (2018) y SARS-Cov 1.
En este contexto se empleó el proyecto interregional de cooperación técnica INT0098 en el cual se basa en el “Fortalecimiento de las capacidades de los Estados Miembros para crear, fortalecer y restablecer las capacidades y los servicios en caso de brotes epidémicos, emergencias y catástrofes”. Lo que se busca es dar respuesta a través de la organización a las solicitudes de asistencia de los miembros para hacer frente a los brotes. Este mecanismo permite proveer asistencia no solo en nuevos activos para el desarrollo de la medicina y la detección del virus sino una red de asistencia técnica por parte de los profesionales de la OIEA en el cual se capacita a trabajadores en todo el mundo a través de cursos y seminarios otorgados por el OIEA.
La Organización otorgó asistencia en la lucha contra el Coronavirus a más de 120 países con 1537 órdenes de compra en el cual se incluyen no sólo los sistemas RT-PCR en tiempo real sino suministros para laboratorios como materiales fungibles y medidas de protección para los usuarios.
Además se creó la iniciativa ZODIAC (Medidas Integradas contra las Enfermedades Zoonóticas), lo que se busca con dicho proyecto es crear una red mundial con asistencia del OIEA para fortalecer a los laboratorios nacionales en la supervisión, la vigilancia, la detección temprana y el control de enfermedades animales y zoonóticas. Lo que se tiene como objetivo es tener una red de contención para posibles pandemias provenientes de estas enfermedades. ZODIAC también incluye asistencia a actividades de Investigación y Desarrollo en relación a nuevas tecnologías y métodos para la detección de enfermedades.
Tal como expuso Rafael Grossi (Director del OIEA) “Los Estados Miembros tendrán acceso a equipos, conjuntos de recursos tecnológicos, conocimientos especializados, orientación y capacitación. Se asistirá a los gobiernos y recibirán información actualizada y de fácil consulta que les permitirá actuar con rapidez”. Se destacó también la necesidad de encontrar puntos en común en la comunicación entre los agentes estatales y no estatales para la colaboración en estos contextos.
En paralelo, el OIEA siguió con sus actividades relacionadas a la verificación de la aplicación de las salvaguardas de la Organización desprendidas de los protocolos adicionales firmados por los Estados Miembros. En este contexto pandémico tal como expresó Grossi, se pudo seguir monitoreando las actividades de los Estados con respecto al uso de la energía nuclear.
Los Estados miembros son sujetos a inspecciones a las instalaciones críticas de las estructuras nucleares de los Estados, se pudo seguir desarrollando las actividades de las autoridades estatales y regionales para la implementación de las salvaguardias (SRA) y los sistemas estatales de contabilidad y control de materiales nucleares (SSAC) asociados a la OIEA. Lo que se buscó fue establecer un mecanismo para fortalecer la eficacia de dichas agencias, la introducción del COMPASS (Iniciativa Integral de creación de capacidad del OIEA para SSAC y SRA), busca trabajar con el Estado para identificar áreas principales para la asistencia del OIEA en el mismo.
Los puntos más importantes de la gestión del OIEA durante la pandemia fue el acercamiento y el monitoreo a las instalaciones nucleares de Irán, en contexto con la implementación de los protocolos de salvaguardias y el Tratado de Acción Conjunta (JCPOA) se sigue relevando el programa nuclear iraní para evitar la proliferación de la energía nuclear devenida en la aplicabilidad para el desarrollo de armas nucleares. La visita de Grossi a Teherán con el presidente Hasan Rohaní determinó la cooperación del Estado para el desarrollo de las actividades del OIEA en las instalaciones nacionales.
Por otro lado, se sigue con atención el programa nuclear de Corea del Norte, alertando de la proliferación y las actividades del país con respecto al uso dual de la energía nuclear, si bien Pyongyang no permite inspecciones en sus instalaciones nucleares se retoma la importancia para el mantenimiento de la seguridad internacional con respecto a una guerra nuclear.
La búsqueda del desarme del mundo en términos nucleares debe ser la bandera por la cual los Estados deben evitar y prohibir el uso dual de la tecnología nuclear, pero en paralelo, se debe establecer mecanismos para la participación y el incentivo para el uso pacifico de la misma. Ya que presenta ventajas en términos no solo en la producción de energía como también la aplicabilidad en otros rubros como se evidenció en la medicina y la prevención de brotes de enfermedades. En este sentido el OIEA, con los protocolos y el régimen nuclear empleado en la prevención de la proliferación nuclear, se transforma en activo para el desarrollo de las capacidades estatales y la cooperación con los mismos.
En el contexto pandémico se permitió, más allá de todas las barreras que devino la crisis por el coronavirus seguir las actividades del OIEA. Hoy, la tecnología nuclear y la seguridad en torno a ella no puede quedar pospuesta ya que el Sistema Internacional evidencia y convive con amenazas reales con respecto a la proliferación de las armas nucleares y su utilización. En ese sentido el rol de la OIEA es fundamental para seguir preservando la integridad de los Estados.