Enclavado entre las montañas del suroeste de China, el mayor radiotelescopio del mundo señala las ambiciones de Beijing como centro mundial de investigación científica.
El Telescopio Esférico de Apertura de Quinientos metros (FAST) – el único instrumento significativo de su tipo después del colapso de otro telescopio en Puerto Rico este mes – está a punto de abrir sus puertas para que los astrónomos extranjeros lo usen, con la esperanza de atraer al mejor talento científico del mundo.
El segundo radiotelescopio más grande del mundo, en el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico, fue destruido cuando su plataforma receptora suspendida de 900 toneladas se soltó y se hundió 140 metros (450 pies) en la antena de radio de la parte inferior.
Wang Qiming, inspector jefe del centro de operaciones y desarrollo de FAST, dijo a AFP durante una rara visita de la prensa extranjera la semana pasada que había visitado Arecibo.
“Nos inspiramos mucho en su estructura, la cual mejoramos gradualmente para construir nuestro telescopio”.
La instalación china en Pingtang, provincia de Guizhou, es hasta tres veces más sensible que la de Estados Unidos, y está rodeada de una zona de “silencio radioeléctrico” de cinco kilómetros donde no se permiten los teléfonos móviles ni las computadoras.
El trabajo en el FAST comenzó en 2011 y empezó a funcionar plenamente en enero de este año, trabajando principalmente para capturar las señales de radio emitidas por los cuerpos celestes, en particular los púlsares – estrellas muertas en rápida rotación.
La antena parabólica gigante de 500 metros es claramente la más grande del mundo -cubre el área de 30 campos de fútbol- y su construcción costó 1.100 millones de yuanes (175 millones de dólares), además de desplazar a miles de aldeanos para hacer espacio para ella.
China ha estado impulsando rápidamente sus credenciales científicas para depender menos de la tecnología extranjera.