Miles de personas protagonizan multitudinarios actos de desobediencia civil en el país para exigir la renuncia del primer ministro Nikol Pashinian. La oposición acusa de “traidor” al líder por su manejo del conflicto con Azerbaiyán en Nagorno Karabaj.
Tras varias semanas de protestas, este martes 22 de diciembre cientos de manifestantes se dieron cita frente a la sede del Gobierno armenio, en el centro de Ereván. Allí establecieron un campamento para incrementar la presión sobre el primer ministro Nikol Pashinian. Además, cortaron el tráfico en varias calles de la capital.
Los manifestantes exigen la dimisión del primer ministro por lo que dicen fue un manejo incorrecto en el conflicto de unas seis semanas en el enclave de Nagorno Karabaj, que dejó al menos 5.000 víctimas fatales y finalizó con una tregua entre Armenia y Azerbaiyán. Un acuerdo mediado por Rusia y rechazado por quienes ahora protestan en Ereván.
Grupos de oposición han advertido que las protestas serán de forma indefinida hasta lograr su objetivo.
Las autoridades, aunque se mantienen vigilantes, no han intervenido en los actos de protesta.
Por su parte, Pashinian, publicó un mensaje en su cuenta de Facebook en el que afirmó que “La “élite” privada del poder en Armenia como resultado de la revolución de 2018 está tratando de vengarse. Además, no se trata solo de la “élite” política, sino de todos aquellos que tuvieron privilegios hasta 2018, pero no después de 2018”.
El acuerdo de la discordia
El pasado 10 de noviembre, Azerbaiyán, Armenia y Rusia, partes implicadas en el conflicto, firmaron un acuerdo en el que Ereván perdió el 70 % de los territorios en la región de Nagorno Karabaj que ocupaba desde la guerra en 1992-1994.
Críticos al Gobierno dicen que las nuevas demarcaciones fronterizas en el sur del país se están trazando a expensas de la seguridad nacional de Armenia, una afirmación que Pashinian ha rechazado.