“Debido a la falta de progreso a la hora de eliminar obstáculos para preservar el tratado en las nuevas condiciones, el Ministerio ruso de Exteriores (…) anuncia el inicio de los procedimientos internos para la retirada de la Federación Rusa del Tratado de Cielos Abiertos”, indicó este viernes (15.01.2021) en un comunicado el ministerio ruso de Relaciones Exteriores, que dirige Serguéi Lavrov.
Rusia anunció así que se retira del Tratado de Cielos Abiertos de la Organización de Seguridad y Cooperación Europea (OSCE), un pacto multilateral que busca la transparencia en el control de armas y del que EEUU se salió oficialmente el 22 de noviembre. El acuerdo, en vigor desde 2002, permite a más de una treintena de países sobrevolar cualquier parte del territorio del resto de participantes y fotografiar desde el aire, desde Vancouver a Vladivostok, a fin de asegurarse de que sus vecinos o rivales no preparan ataques militares.
La diplomacia rusa explicó que la retirada de Estados Unidos del tratado “bajo un pretexto artificial” (al acusar a Rusia de haberlo violado) ha afectado el equilibrio de intereses de los restantes países miembros dañado gravemente su funcionamiento y socavado el papel del acuerdo como instrumento para reforzar la confianza y la seguridad”. Moscú intentó salvar el acuerdo en varias reuniones en Viena con los demás socios y propuso medidas específicas para permanecer dentro del tratado y mantener su viabilidad, bajo la condición de que los restantes miembros lo cumplan estrictamente.
El pasado 24 de noviembre, Lavrov explicó que, en concreto, Rusia quería “estar segura de que los datos que se recogen durante los vuelos de observación sobre los territorios de los Estados miembros solo se los quedan aquellos que están comprometidos con el acuerdo” y no serán transmitidos a Estados Unidos. Este viernes el Ministerio de Exteriores admitió que no recibió de sus socios por escrito estas garantías.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el pasado 21 de mayo la retirada en un plazo de seis meses de su país del pacto, en el que participa casi toda la Unión Europea.
El argumento que esgrimió el Gobierno estadounidense para retirarse era que Rusia le impedía supervisar desde el aire sus ejercicios militares y no permitía los vuelos sobre regiones donde se cree que Moscú tiene armas nucleares que podrían alcanzar Europa, en concreto en Kaliningrado, ni tampoco cerca de las regiones georgianas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
Rusia siempre ha negado que violara el tratado y ha acusado por su parte a EE.UU de haber sido la parte incumplidora.
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