Las tropas de la Guardia Nacional continuaron llegando a la capital estadounidense para reforzar la seguridad frente a los temores por un eventual brote de violencia. Los reportes de posibles “manifestaciones armadas” este domingo mantienen en alerta a Washington D. C. y a los gobiernos de los estados.
El viernes, unidades policiales del Capitolio arrestaron a un hombre que intentó entrar en el perímetro controlado, con una acreditación “no autorizada”, un arma de fuego y más de 500 balas de munición.
Con el recuerdo todavía fresco del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, Washington D. C. se encuentra en estado de alerta y ha desplegado un fuerte dispositivo policial de cara a la toma de posesión del presidente Joe Biden, que se producirá el 20 de enero próximo.
El foco más cercano de preocupación es el llamado a protestas de seguidores del mandatario saliente Donald Trump. Pese a que la convocatoria no es del todo clara, grupos extremistas y de ultraderecha se movilizarían este domingo 17 de enero, principalmente en la capital estadounidense, aunque la inquietud se extiende en los 50 estados del país.
Los reportes de posibles “manifestaciones armadas” han incrementado el nivel de alerta en la capital, que ha dispuesto un inmenso operativo de seguridad, el cual se mantendrá al menos hasta el 21 de enero, un día después de la asunción de Biden.
En Washington D. C., se espera que haya más de 25.000 agentes de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad en la toma de posesión. Desde ya, la capital cuenta con un bloqueo en los alrededores del Capitolio y dispuso el cierre del National Mall y de algunas vías en los alrededores de la Casa Blanca.
A diferencia de otros actos de asunción, el fantasma de la violencia y las precauciones por la pandemia de Covid-19 han llevado a las autoridades a organizar un traspaso de mando “televisivo”, sin público en vivo y sin el tradicional desfile inaugural.
Para cumplir con la meta de 25.000 agentes de la Guardia Nacional, los funcionarios de Defensa de Estados Unidos han solicitado a los gobiernos estatales el envío de uniformados a Washington.
La respuesta de los gobernadores ha sido variada: algunos aceptaron el pedido para garantizar el traspaso de mando, mientras otros se mostraron preocupados por posibles brotes de violencia en sus territorios.
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