En el día de ayer se dió el primer llamado entre el nuevo presidente estadounidense con su homólogo chino. En un clima cordial pero con acusaciones cruzadas por parte de los mandatarios se dió el primer acercamiento directo entre la nueva administración y el gigante asiatico.
Las relaciones entre los líderes parten con una ventaja. O desventaja, según desde qué lado se mire. Ambos se conocen bien de sus etapas como vicepresidentes. La primera vez que se vieron las caras fue en un viaje de Biden a China en 2011. Entonces, en medio de una crisis económica mundial, el estadounidense compartió una cena privada con Xi en la ciudad de Chengdú.
El presidente Biden compartió sus saludos y buenos deseos con el pueblo chino con motivo del Año Nuevo Lunar. Afirmó sus prioridades de proteger la seguridad, la prosperidad, la salud y el estilo de vida del pueblo estadounidense, y preservar un Indo-Pacífico libre y abierto.
Tal como expone el comunicado posterior de la Casa Blanca: “”El presidente Biden subrayó sus preocupaciones fundamentales sobre las prácticas económicas coercitivas e injustas de Pekín, la represión en Hong Kong, los abusos de los derechos humanos en Xinjiang y las acciones cada vez más autoritarias en la región, incluso hacia Taiwán.
La llamada entre los presidentes se produjo pocas horas después de que el estadounidense anunciara que había creado en el Pentágono un grupo específico de 15 personas que revisarán la estrategia militar y de seguridad nacional de Estados Unidos en China. También, antes de la conversación, un alto funcionario del departamento de Estado de EEUU se reunió con un representante de Taiwan, la isla con un Gobierno elegido democráticamente pero que para China sigue siendo una más de sus provincias. Por ello, durante la conversación telefónica, Xi habría dicho que los asuntos que atañen a Taiwan (al igual que Hong Kong y Xinjiang) son “cuestiones internas relacionadas con la soberanía y la integridad territorial de China”.
La confrontación entre China y Estados Unidos sería un “desastre” y los dos deberían restablecer los medios para evitar errores de juicio, dijo el presidente de China. La cooperación es la única opción correcta para ambas partes, dijo Xi, según un informe de la emisora estatal CCTV. La cooperación China-Estados Unidos puede lograr muchas cosas maravillosas, mientras que la confrontación definitivamente será un desastre para ambos países y el mundo, dijo.
Si bien la diplomacia de Biden se está estrenando se comienzan a ver vestigios de pragmatismo y poca tolerancia con respecto a cuestiones de Derechos Humanos. Contraria a las presuposiciones que Trump supo utilizar para su campaña presidencial con respecto a la Guerra Comercial con China y su posición frente al crecimiento de Pekín.
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