El Papa Francisco culminó un viaje histórico a Irak en medio de un contexto convulsionado por la actual confrontación de Estados Unidos e Irán en la región, la proyección y los ataques de milicias proiraníes en suelo iraquí y la crisis por la Pandemia del Coronavirus. Con una agenda que duró tres días, la estadía de Francisco en Irak marca un hecho trascendente no solo para la cuestión religiosa sino para la política de Medio Oriente en general.
El hito más importante para el mundo religioso es la cumbre que mantuvo el Papa con el gran ayatolá Alí Al-Sistani, una figura de gran peso en la rama chiíta dentro del Islam. En la ciudad de Nayaf, se dio el encuentro que se traduce como un momento histórico en la vinculación entre el Islam y el Vaticano.
Francisco al regreso a Roma explicó que su decisión se dio tras “pensarlo mucho y conociendo los riesgos que suponía el viaje”. A pesar de que se dudó de la travesía papal, sintió la necesidad de seguir adelante con su misión.
Para conocer más en profundidad las conclusiones que dejó el viaje a Irak de Francisco, Escenario Mundial tuvo el honor de conversar con Paulo Botta, especialista y académico con una vasta experienciaen la región, lo cual nos permitió reflexionar sobre la importancia del viaje y que significa para la región este hito.
Cuando se habla de la relevancia de Francisco en Irak, Botta resalta “que la figura del Papa Francisco viaje a la región y especialmente a Irak es muy importante. Pero no solamente para los cristianos iraquíes sino también para todo el sistema político”. En ese sentido se habla de cómo el viaje significativo y el impacto del sumo pontífice le va a permitir “poner otra vez el tema de Irak en la agenda internacional, sobre todo desde el punto de vista humanitario, más que del estrictamente político”.
El momento cúlmine de la visita oficial fue el encuentro con el gran ayatolá Alí Al-Sistani. La reunión se basó en una conversación para establecer una agenda de cooperación interreligiosa. Posterior a la reunión, Francisco destacó a la prensa que “Es una persona que tiene sabiduría y prudencia (refiriéndose a Al-Sistani). Él me decía que desde hace 10 años no recibe a gente que va a visitarlo con otros motivos políticos o culturales, sólo religiosos. Fue muy respetuoso en el encuentro. Yo me sentí honrado. Él, en el saludo, nunca se alza. Y se alzó, dos veces, para saludarme. Un hombre humilde y sabio. A mí me hizo bien al alma este encuentro. Es una luz”
Cuando se toma noción de la cuestión religiosa en Medio Oriente y poniendo énfasis en Irak, Botta destaca que “las comunidades cristianas en Medio Oriente son muy importantes en la región. Se debe recordar que la religión cristiana nació en lo que hoy conocemos como Medio Oriente. En el caso particular de Irak, tiene además una vinculación directa con Abraham, el padre de los creyentes, ya que Ur de los Caldeos es su lugar de origen, como lo ha reconocido el Papa en la parada que ha realizado en este viaje precisamente en ese lugar; donde realizó además una actividad con miembros de otras religiones”
Agrega que a “pesar de existir grandes diferencias en las comunidades, porque encontramos diferencias entre los sirianos, los armenios, los asirios y luego comunidades católicas con diferencias litúrgicas como los caldeos o los sirianos católicos, en realidad forman una gran unidad. Hoy por hoy, ya todo el mundo reconoce que no hay diferencias esenciales en términos de la fe. Por eso el Papa ha hablado algunas veces del “ecumenismo de la sangre”, para referenciar al sufrimiento que han enfrentado los cristianos sin importar a qué iglesia pertenecen. El cristianismo en Irak y en Medio Oriente siempre le dará una gran diversidad a esas sociedades, que es muy apreciada (cada vez más) por los gobernantes, no solamente en Irak sino también en otros países”.
En un contexto marcado por un alto grado de violencia donde operan fuerzas estatales y paraestatales que atentan contra la seguridad del Estado, se temió por la realización de viaje. Por esto, Botta reconoce que “todos los actores involucrados, por lo menos los que tienen algún tipo de responsabilidad gubernamental, habrán hecho lo posible para que la visita salga tan bien como salió. A nadie le hubiera convenido un hecho de violencia en medio de la visita del Papa”.
Indudablemente la visita del Papa marcó un nuevo punto con respecto a cómo se conoce la historia de Irak y su proyección a nivel internacional se traduce en la necesidad de visualizar una situación de inestabilidad política, de seguridad y de riesgos humanitarios como es la actualidad de Irak.
A su vez, donde la política de los Estados Unidos hacia Medio Oriente está en proceso de revisión bajo la nueva administración Biden, se habla de la relevancia de la visita del sumo pontífice a Irak y como su vinculación con el nuevo presidente norteamericano puede afectar alguna decisión en torno a la región. Botta nos recuerda que en el sistema político estadounidense, a pesar de ser presidencial, infieren y se involucran distintas instituciones que marcan pesos y contrapesos en la formulación de políticas. En ese sentido, no se prepondera la catolicidad del presidente Biden en términos efectivos para influir directamente en las políticas norteamericanas hacia Medio Oriente.
Claro está que Francisco es un actor de la política internacional que busca preponderar e influye en las agendas estatales. La visita de él en Irak marca un punto histórico en la búsqueda de paz constante en la región. Donde muchos actores y Estados se juegan y proyectan poder en Irak, la religión y en este caso Francisco con todo el peso y la trascendencia que imprime, establecen un nuevo proceso por el cual no se debe ignorar la importancia de las decisiones del sumo pontífice en este objetivo de interrelacionar las religiones y marcar una agenda política en base a sus viajes y decisiones.
Agradecemos el trabajo de Victoria Enriquez que transcribió la entrevista.
Paulo Botta es Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Córdoba. Es Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, Profesor Pro Titular y director del programa ejecutivo en Medio Oriente Contemporáneo de la Universidad Católica Argentina. Es profesor titular de la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador e investigador principal en la Universidad de la Defensa Nacional en la Escuela Superior de Guerra Conjunta y Aérea. Es Coordinador del Departamento de Eurasia del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de la Plata. Investigador senior del Instituto de Estudios Globales de Roma. Presidente de la Fundación Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo y miembro consejero del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
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