Hacia el final del día Jueves, se notificaron ataques con misiles cerca de la capital siria de Damasco. Los mismos fueron atribuidos a Israel y, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el objetivo fue un depósito de armas bajo control del grupo libanés Hezbolá.
La Agencia Árabe Siria de Noticias (SANA) notificó el hecho citando a un oficial militar no identificado, quien afirmó que las defensas aéreas sirias interceptaron algunos de los misiles. El ataque dejó entre tres y cuatro soldados muertos e indeterminados heridos.
Sin embargo, no se trata de la primera vez que Israel lleva a cabo un accionar como este, ya que en otras ocasiones ha atacado instalaciones vinculadas a Irán y al grupo libanés Hezbolá. En febrero se notificaron ataques israelíes en la zona del aeropuerto internacional de Damasco y otros sitios militarizados cercanos al suburbio al-Kiswah donde operaba una base de operaciones iraníes.
Israel, por el momento, no emitió comentarios oficiales al respecto. No obstante, los riesgos a los que se enfrenta son múltiples y deben tenerse en cuenta a la hora de pensar en una futura escalada de tensiones en la región. Israel debe considerar que las consecuencias de sus propias acciones serán aún más perjudiciales si continúa militarizando sus disputas territoriales e ideológicas
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