A la crisis diplomática existente entre Rusia y Estados Unidos, se le suma la actual situación de República Checa: el pasado sábado, 18 diplomáticos rusos acusados de distintos cargos fueron expulsados del país. Entre otras cuestiones, se investigan a estos funcionarios y a dos ciudadanos rusos por su presunta participación en la explosión de un depósito de municiones checo en 2014. Desde Polonia declararon también la expulsión de tres diplomáticos rusos por “actividades perjudiciales”.
Por su parte, Rusia respondió a las recientes declaraciones del primer ministro checo Andrej Babis sobre la situación: el pasado domingo se ordenó la expulsión de 20 diplomáticos checos en el país, con un margen de 24 horas para hacerlo.
Moscú advirtió las “medidas de represalia” sobre la noticia de sus funcionarios, responsabilizando a las autoridades checas por la situación que llevó a “destrozar las bases de las relaciones” entre ambos países. Asimismo, Rusia declaró que se trataba de una serie de “acciones antirrusas” vinculadas a los Estados Unidos, ya que la decisión checa fue tomada con pretextos infundados.
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