El próximo 6 de mayo será un “Super Thursday” en el Reino Unido. 48 millones de votantes acudirán a las urnas en la primera gran serie de elecciones desde que comenzó la pandemia del coronavirus, a lo que se suma el Brexit como principal causa por la que la unión atraviesa el momento más débil de su historia reciente.
Este evento se debe a que el pasado 13 de marzo de 2020, el Gobierno del Primer Ministro Boris Johnson confirmó que, por la pandemia del COVID-19, todas las elecciones locales previstas para el 7 de mayo de 2020 en Inglaterra y Gales se aplazarían un año.
Hecho por el cual, en estos comicios parciales, que ponen en jaque la gestión de la pandemia, se dirimirán 145 consejos locales ingleses (reparten alrededor de 5.000 escaños), 13 alcaldes en Inglaterra y, de manera simultánea, 39 comisarios de policía y delitos en Inglaterra (35) y Gales (4).
A su vez, el electorado de Escocia (129 bancas) y de Gales (60 asientos) conformarán nuevos parlamentos. El foco de atención en estos comicios está en la posible consolidación de mayorías para los independentistas. Por último, la capital británica, de predominio laborista, elegirá alcalde y los miembros de la Asamblea (25 escaños).
La escala del “Super Thursday” significa, además, que todos los votantes de Gran Bretaña podrán participar en al menos un tipo de encuesta, lo que la convierte en el evento más grande fuera de las elecciones generales, ya que tendrán múltiples votaciones a la vez.
Cabe hacer mención que los comicios se van a producir una semana después de que el Primer Ministro británico se viera envuelto en planteos dentro y fuera de su partido por posibles irregularidades en su gestión. Las más recientes fueron reveladas por su antiguo asesor, Dominic Cummings, que le ha acusado de “falta de competencia e integridad”. Ante lo cual, el Partido Laborista, primero de la oposición, y los independentistas escoceses, que gobiernan en Escocia, han pedido que se investiguen los posibles casos de corrupción revelados.
Elecciones locales en Inglaterra
Alrededor de 28 millones de personas podrán votar para unos 4.650 puestos de poder este jueves. Decidirán en 143 consejos quiénes estarán a cargo de tomar las futuras decisiones sobre los servicios vitales y la atención social en crisis. Mientras que los ayuntamientos, por su parte, vienen atravesando una crisis financiera de después de una década de recortes, agravada por la pandemia. En tercera instancia, se designarán más de una treinta de puestos de comisionado de policía y delitos.
Aunque los últimos sondeos le otorgan la mayoría, las dudas sobre la integridad del primer ministro podrían terminar afectando los resultados en las elecciones locales previstas para el próximo 6 de mayo.
A la vez, la ciudadanía londinense designará a los 25 miembros de la Asamblea de Londres y a su nuevo alcalde. Su elección adquiere centralidad, conforme a que la capital británica ha sido por años un bastión del partido Laborista, que es el que encabeza la oposición en el país. Para lograr la reelección, Sadiq Khan tendrá que competir con 19 candidatos, un número récord.
De la misma manera, habrá elecciones para elegir 12 alcaldes en diferentes regiones y ciudades de Inglaterra, a saber: Cambridgeshire and Peterborough, Greater Manchester, Liverpool City Region, Tees Valley, West Midlands, West of England, West Yorkshire, Bristol, Doncaster, North Tyneside, Liverpool y Salford.
Por último, pero no menor, habrá una elección parcial para elegir al representante de Hartlepool en el Parlamento de Westminster tras la dimisión del anterior diputado, Michael Robert Hill. Por último, y al igual que en Gales, habrá elecciones para designar a los comisarios de policía y crimen.
Hay que tener presente que, aunque la mayoría de las grandes decisiones pandémicas han sido tomadas por el gobierno central, los consejos han jugado un papel en la gestión del virus, por ejemplo, apoyando los esfuerzos de prueba y rastreo. De ello devendrán los resultados, que también darán un indicio de popularidad de los partidos a nivel nacional.
El Parlamento gales
Los votantes elegirán a los 60 miembros del Parlamento, así como a los comisionados de las cuatro fuerzas policiales del país. Es importante mencionar que la participación electoral es siempre menor en los comicios que se celebran únicamente en Gales en comparación con cuando el electorado concurre en las elecciones del Reino Unido. A su vez, por primera vez podrán votar los jóvenes de 16 y 17 años en los comicios.
La campaña inicial se centró en juzgar qué tan bien el gobierno galés ha manejado la pandemia. Los laboristas esperarán retener el poder parlamentario, aunque los conservadores o Plaid Cymru podrían mantenerlos en un segundo lugar. En tanto, los conservadores esperarán un éxito similar al de las elecciones generales de 2019, donde obtuvieron seis escaños en Gales a expensas del laborismo.
En la campaña se han hecho promesas referidas al impuesto sobre la renta, la asistencia social, el cambio climático, la independencia de Gales y una propuesta para abolir el Senedd galés. Los conservadores galeses, por su parte, centraron su campaña en poner fin a las restricciones de distanciamiento social antes de lo sugerido por el Primer Ministro, Mark Drakeford.
La elección de un nuevo diputado será la primera prueba electoral parlamentaria de Sir Keir Starmer desde que se convirtió en líder laborista. Podría indicar si los votantes de los escaños laboristas tradicionales del norte siguen recurriendo a los conservadores.
El Parlamento escocés
En Escocia se elegirán un total de 129 miembros, y la posibilidad de un nuevo referéndum para decidir acerca de la independencia del país del Reino Unido ha regresado a la agenda política escocesa debido al proceso del Brexit. Esto pondría en riesgo la estabilidad de la Unión, dado que Irlanda del Norte o Gales podrían también imitar ese camino.
La actual Ministra Principal, Nicola Sturgeon, del Partido Nacional Escocés (SNP por sus siglas en inglés) espera permanecer en el poder en el Parlamento por cuarto mandato consecutivo. En tanto, los conservadores buscarán mejorar su posición como oposición más relevante. El líder de los conservadores escoceses, Douglas Ross, está haciendo esfuerzos para crear una alianza unionista antes de las elecciones con el fin de potenciar sus posibilidades de competirle al SNP y al Partido Alba, liderado por Alex Salmond.
Se prevé que la independencia desempeñe un papel importante, ya que el SNP busca otro referéndum. Los partidos que quieren que Escocia siga siendo integrante del Reino Unido esperan reducir el dominio del SNP, mientras que el ex primer ministro Alex Salmond ha lanzado su propio partido independentista.
Hoy el SNP tiene 63 diputados y está a solo dos de la mayoría absoluta por lo que debe apoyarse en el Partido Verde, también independentista. Algunos años atrás, el referéndum de 2014 se realizó en respuesta a la primera victoria del SNP en las elecciones generales de 2011, donde consiguen 69 diputados. La obtención de la mayoría en absoluta legitimaría la posición que alumbre un nuevo referéndum de independencia.
Una de las cuatro naciones que conforman el Reino Unido, también votó en contra de la independencia en 2014 con el 55,3% de los votos, en un referéndum con una participación del 84,6%. Sin embargo, ya antes del referéndum del Brexit en 2016, el SNP advirtió de que “la salida de Escocia de la UE en contra de los deseos de los escoceses justificaría un segundo referéndum de independencia.”Para estas elecciones regionales, entonces, el Reino Unido se encuentra en una situación paradójica. A pesar de estar condicionadas favorablemente por el gran avance en la vacunación contra el Covid-19, los recientes escándalos que involucran al PM Boris Johnson pueden tener un impacto desfavorable no solo para su gobierno, sino además en el Partido Conservador. Un factor que otorga margen al laborismo que maximice sus opciones electorales y obtenga rédito en el corto plazo.
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