El jefe de estado de la República francesa visita esta semana el continente africano. Su primera parada, central en este viaje, la hará en Ruanda. Luego, su siguiente escala en Sudáfrica. La visita será la primera de un presidente francés desde que Nicolas Sarkozy estuvo en el país africano en 2010.
Mediante un comunicado, el Palacio del Elíseo precisó que el mandatario estará el jueves y el viernes en Ruanda, con fines políticos y conmemorativos, pero también económicos. La estancia se enmarca en los esfuerzos de París y Kigali hacia la recuperación de los vínculos, afectados por el papel francés durante el genocidio de 1994.
En la capital ruandesa, el presidente Macron acudirá al memorial de Gisozi. Allí tiene previsto dar un discurso que tendrá como fin enaltecer las relaciones diplomáticas entre ambos países. Además, se reunirá con su homólogo ruandés, Paul Kagame.
“Puedo confirmar que viajaré a Ruanda a finales de mayo y que la atención se centrará en la política y el recuerdo, así como en la economía, la salud y el futuro […]. También estamos interesados, con el presidente Kagame, en escribir una nueva página en la relación y para llevar a cabo proyectos estructurantes”, dijo Macron.
Esta visita se produce semanas después de la publicación del informe de la misión Duclert sobre el papel de Francia durante el genocidio de los tutsis (1990-1994), que se le entregó al Jefe de Estado a finales de marzo. Por consiguiente, esta senda hacia la normalidad conduce a la próxima designación de un embajador galo en Kigali y también a la inauguración de un centro cultural francófono.
Esclarecer el papel de Francia en el genocidio
Tras décadas de tensión entre ambas naciones, dos informes sobre el exterminio de Ruanda publicados este año, uno encargado por París y el otro por Kigali, concluyeron que el Estado francés tenía “responsabilidad sin complicidad” en las masacres que costaron la vida a más de 800.000 personas.
La versión parisina, publicada en marzo, fue fruto de la comisión encabezada por Vincent Duclert. Fue impulsada en 2019 por el presidente Macron buscando esclarecer el papel de París en el genocidio de Ruanda. De manera que se les ofreció acceso a todos los archivos franceses, algunos de los cuales no habían sido abiertos con el fin de su consulta nunca antes.
El documento, de casi 1.000 páginas, concluyó que los mandos galos permanecían ciegos a los preparativos para el genocidio. Ello se debió, en gran medida, al apoyo sostenido al gobierno racista y violento de Juvénal Habyarimana, presidente por aquel entonces. Siendo así que reaccionaban con demasiada lentitud al apreciar el alcance de los asesinatos. Sin embargo, los eximió de complicidad en la masacre que dejó más de 800.000 víctimas, la mayoría de etnia tutsi y hutus que intentaron protegerlos.
En este sentido, la decisión de elaborar el informe y abrir los archivos al público, son parte de los esfuerzos del actual gobierno para enfrentar el papel francés en el genocidio y mejorar las relaciones con Ruanda. Ello incluyó hacer del 7 de abril, día en que comenzó la masacre, un día de conmemoración. Si bien se han dilatado, las medidas contribuyen a la reconciliación de los dos países.
Por su parte, el informe encargado por el gobierno ruandés sentencia que, en los años previos al genocidio, el expresidente francés François Mitterrand y su administración tenían conocimiento de los preparativos para las masacres. Por esta razón, no declinó su apoyo al gobierno del entonces presidente de Ruanda.
Este documento se inició en 2017 por el bufete de abogados de Washington Levy Firestone Muse. Se basa en una amplia gama de fuentes documentales, entre ellas cables diplomáticos, videos, reportajes, artículos de noticias. Surgieron desde gobiernos, organizaciones no gubernamentales y académicos.
Entre sus 600 páginas, afirma la inacción Francia para detener las masacres, en abril y mayo de 1994, y en los años posteriores, el encubrimiento de su papel e incluso el ofrecimiento de protección a algunos perpetradores.
El impacto del informe resalta los esfuerzos de la nación africana por testimoniar el papel de las autoridades francesas antes, durante y después del genocidio. En adición, complementa las medidas adoptadas por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para mejorar las relaciones con el país centroafricano.
Acercamiento del jefe de estado ruandés
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, mantuvo hace algunos días una entrevista con France 24 y Radio France Internationale. En ella, sostuvo que ambos países “tienen una oportunidad” para mantener esta relación, “como debería haber sido en el pasado”. “El resto podemos dejarlo atrás. No se puede olvidar, pero se puede perdonar y seguir adelante”, ha añadido.
En este sentido, el mandatario africano hizo hincapié en que el documento es un gran paso y resaltó que la relevancia de que haya sido producto de dos comisiones, una francesa y una ruandesa. Por otra parte, además de contentarse con el registro documentado, añadió, cuando se le preguntó si le gustaría Francia para disculparse por los hechos de 1994, Kagame afirmó no exigir una, pero dijo que apreciaría una, si fuera inminente.
Pasos en las deterioradas relaciones entre Kigali y París
Aunque los vínculos de las naciones europea y africana se han suavizado con la llegada al poder de Emmanuel Macron en 2017, el papel de Francia en Ruanda, acusada durante mucho tiempo por Kigali de “complicidad” en el exterminio, sigue siendo un tema explosivo desde hace más de 25 años.
Ruanda rompió relaciones diplomáticas con Francia en 2006, después de que un juez francés emitiera órdenes de arresto contra funcionarios cercanos a Kagame acusados de tener vínculos con el derribo del avión del presidente Juvénal Habyarimana en abril de 1994. Sin embargo, los lazos diplomáticos se restablecieron en 2009, aunque Francia no ha tenido un embajador acreditado en Kigali desde 2015 (según el Ministerio de Relaciones Exteriores).
En julio de 2020, la nación europea dio un paso para restablecer sus compromisos económicos. En una señal del deshielo de las tensiones diplomáticas, se firmó un acuerdo de $ 56 millones con la Agencia Francesa de Desarrollo, 28 años después de que la institución suspendiera su colaboración con Kigali.
Asimismo, en el día de conmemoración del genocidio, Macron anunció la decisión de desclasificar y poner a disposición los archivos de 1990 a 1994 que pertenecen a la agencia del presidente y primer ministro franco. La publicación de los informes marca un paso importante en las deterioradas relaciones, mientras que el jefe de estado ilustró su voluntad de avanzar en algunos temas sensibles de la memoria.
Aun así, la oficina de Macron dijo que el gobierno reafirmó su compromiso con proporcionar los medios necesarios para avanzar con los procesos legales contra los presuntos autores del genocidio. Se estima que más de 100 de ellos viven en territorio francés.
El presidente galo no especificó si presentará la disculpa oficial de Francia por su participación en el genocidio durante su próximo viaje, el segundo de un presidente francés en Ruanda en 11 años.
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