Tras haber cumplido 100 días en el poder, y en medio de protestas que no se han detenido, la junta militar que derrocó al gobierno electo de Myanmar liderado por Aung San Suu Kyi sumó un nuevo capítulo al iniciar el pasado mayo el juicio de forma presencial contra la famosa líder, y se espera una nueva comparecencia este jueves. Suu Kyi es acusada por el gobierno militar de importar ilegalmente dispositivos electrónicos, violar una ley de secretos de Estado y de no cumplir las normas para prevenir la expansión del COVID-19. La líder birmana, laureada con el Premio Nobel de la Paz en 1991, ha denunciado la ilegalidad y arbitrariedad del proceso judicial en su contra, al mismo tiempo que afirmó que el verdadero objetivo del gobierno militar es disolver su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND). 

Al respecto, los militares golpistas afirman que su razón principal para tomar el poder es el supuesto fraude electoral que la LND realizó para ganar las elecciones de noviembre de 2020. Por ello, han iniciado juicios contra líderes de la LND por traición y buscan disolver el partido político, mientras que Suu Kyi ha rechazado dichas acusaciones.

La situación de la nación asiática ha sido compleja. Durante su historia reciente ha alternado frecuentes golpes de Estado con frugales procesos democráticos. Además, es un Estado budista, que desde 2014 no reconoce como ciudadanos a los miembros, que habitan el oeste del país, en la frontera con Bangladesh. Desde agosto de 2017 el Ejército de Myanmar ha lanzado una ofensiva que incluyó asesinatos, violaciones, y ocasionó que cientos de miles de personas deban abandonar el país. Suu Kyi, como líder del país durante esos años, ha sido acusada de ser cómplice de estas atrocidades.

La considerada por décadas como baluarte de los derechos humanos ha negado que en Myanmar se lleve a cabo una limpieza étnica organizada desde la cúpula del Estado, y afirmó que las fuerzas armadas realizaron operaciones de seguridad contra inmigrantes ilegales, y que sólo se cometieron de forma aislada por parte de algunos soldados excesos lamentables en su tarea. 

Sin embargo, la comunidad internacional ha advertido que en realidad se perpetró un intento de genocidio. El reporte de la ONU de agosto de 2018 afirmó que el Ejército de Myanmar cometió asesinatos en masa, violaciones y quema de cientos de villas rohingya con el claro intento de perpetrar un genocidio. Asimismo la Corte Penal Internacional inició en 2020 un juicio al respecto. La oficina de las Naciones Unidas para los refugiados estima que desde que empezó la persecución étnica en 2017, al menos 870 mil rohingyas han huido de Myanmar. Se calcula que tres cuartas partes de la población ha tenido que buscar refugio en países vecinos, principalmente en Bangladesh. 

Lo cierto es que Suu Kyi se ha convertido en una figura polémica fuera de las fronteras de Myanmar, pero sigue siendo extremadamente popular en su país, que la llevó a ganar las elecciones de 2015 y 2020 por amplio margen. Ahora enfrentará un incierto proceso judicial en un país convulsionado.

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Brian Zini
Licenciado en Relaciones Internacionales con beca de la Universidad Torcuato di Tella con beca por mérito académico. Voluntario de Asuntos Públicos en CIPPEC.

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