El Parlamento israelí, la Knesset, aprobó el domingo por un estrecho margen el nuevo gobierno de coalición liderado por Bennett, poniendo fin al histórico mandato de 12 años de Netanyahu. El divisivo ex primer ministro, el más longevo en el cargo, será ahora el líder de la oposición.
Estaba previsto que ambos mantuvieran una reunión de traspaso de poderes a lo largo del día, pero sin la ceremonia formal que tradicionalmente acompaña a un cambio de gobierno.
David Bitan, legislador del Likud, dijo a la radio pública Kan que Netanyahu no celebraba la ceremonia de traspaso de poderes con Bennett porque se siente “engañado” por la formación del gobierno Bennett-Lapid y “no quiere dar la más mínima legitimidad a este asunto”.
Según el acuerdo de coalición, Bennett ocupará el cargo de primer ministro durante los dos primeros años de la legislatura, y luego el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, se convertirá en primer ministro.
El nuevo gobierno, una mezcla de partidos políticos, tiene poco en común, aparte del deseo de desbancar al ahora primer ministro Netanyahu.
La coalición abarca desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha e incluye por primera vez un pequeño partido que representa a los ciudadanos palestinos de Israel, que representan el 21% de la población del país.
Los analistas afirman que se espera que se centre sobre todo en cuestiones económicas y sociales, en lugar de arriesgarse a exponer las divisiones internas al tratar de abordar cuestiones diplomáticas importantes como el conflicto palestino-israelí.
Los líderes palestinos han desestimado el cambio de gobierno, diciendo que el nuevo primer ministro israelí probablemente seguirá la misma agenda de derechas que su predecesor.
El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino declaró que era “inexacto” calificar al gobierno de coalición de Bennett como un “gobierno de cambio”, a menos que hubiera un giro significativo en su posición sobre el derecho palestino a la autodeterminación y el establecimiento de un Estado palestino independiente con Jerusalén
Las figuras más importantes de este nuevo gobierno son el Primer Ministro Bennett y el Ministro de Relaciones Exteriores Yair Lapid, que se le otorga el rol de creador de esta alianza para llegar al poder.
Bennett lidera el partido ultranacionalista Yamina (Derecha) que defiende los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados.
Antiguo aliado de Netanyahu, Bennett ha defendido su decisión de unirse a la nueva coalición para salvar al país de un periodo de agitación política que, de lo contrario, podría dar lugar a unas quintas elecciones en poco más de dos años. Ha formado parte de anteriores gobiernos dirigidos por Netanyahu, el último como ministro de Defensa.
El líder israelí ha pedido en el pasado la anexión de la Cisjordania ocupada, pero los analistas creen que ese plan parece inviable, dados sus nuevos socios centristas e izquierdistas.
Bennett, que hizo una fortuna en la alta tecnología israelí antes de entrar en política en 2013, es conocido por ser ultraliberal en materia de economía.
El nuevo primer ministro ha expresado su oposición a reactivar el acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales. Y en su discurso en la Knesset tras ganar la votación, prometió mantener la política de confrontación de Netanyahu hacia Irán.
“Israel no permitirá que Irán se arme con armas nucleares. Israel no será parte del acuerdo y seguirá conservando la plena libertad de acción”.
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