Los iraníes votaron el viernes en las elecciones presidenciales en medio de la preocupación por la baja participación, ya que el jefe conservador del poder judicial, Ebrahim Raisi, es considerado el favorito.

Cerca de 60 millones de votantes con derecho a voto en Irán decidirán el destino de los cuatro candidatos en liza para suceder al presidente Hassan Rouhani.

El Consejo de los Guardianes, un órgano constitucional de 12 miembros que vela por el líder supremo, Ali Hosseini Jamenei, excluyó a cientos de candidatos, incluidos los reformistas y los afines a Rouhani.

Los comicios se abrieron a las 7 de la mañana, hora local (2:30 GMT), y se cerrarán a medianoche (19:30 GMT), pero pueden prolongarse dos horas más. Los resultados se esperan para el mediodía del sábado.

Con la incertidumbre que rodea a los esfuerzos de Irán para revivir su acuerdo nuclear de 2015 y la creciente pobreza en el país tras años de sanciones de Estados Unidos, la participación en la votación es vista por los analistas iraníes como un referéndum sobre la gestión de los actuales dirigentes de una serie de crisis.

El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, emitió su voto a primera hora de la mañana del viernes en Teherán y animó a la gente a acudir a las urnas.

“Cada voto cuenta… venid a votar y elegid a vuestro presidente”, dijo. “Esto es importante para el futuro de vuestro país”.

Existe un descontento generalizado entre los iraníes por las dificultades económicas a las que se enfrentan desde que Estados Unidos abandonó el acuerdo nuclear con Irán hace tres años y reinstauró unas sanciones paralizantes.

Las elecciones coinciden con la última ronda de conversaciones en Viena entre Irán y las potencias mundiales para reactivar el acuerdo, por el que Irán aceptó limitar su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones.

El actual presidente, Hassan Rouhani, un moderado que buscó el compromiso con Occidente, no puede presentarse a la reelección porque ha cumplido dos mandatos consecutivos de cuatro años.

El favorito para la contienda electoral es Enrahim Raisi, un clérigo de 60 años que ha ejercido como fiscal durante la mayor parte de su carrera. Fue nombrado jefe del poder judicial en 2019, dos años después de que perdiera por goleada frente a Rouhani en las últimas elecciones.

Raisi se ha presentado como la mejor persona para luchar contra la corrupción y resolver los problemas económicos de Irán. Sin embargo, muchos iraníes y activistas de derechos humanos han expresado su preocupación por su papel en las ejecuciones masivas de presos políticos en la década de 1980.

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Redacción
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