Por Ana Sofia Nota, miembro de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
La revolución húngara surge como reacción a la situación que se vivía en el Este del continente luego de la II Guerra Mundial, donde el comunismo formaba parte de la vida de millones de personas.
La situación política en Hungría dejaba mucho que desear. Mátyás Rákosi fue líder de Hungría por un periodo de 11 años. Ocupó el cargo de Secretario General del Partido Comunista Húngaro, desde 1945 cuando el comunismo irrumpe en el territorio húngaro y empieza a formar parte de los lineamientos del gobierno, hasta 1956 cuando las corrientes desestalinizadoras comienzan a ser dominantes en la región y debe emigrar a la Unión Soviética.
Teniendo en cuenta este contexto, la revolución húngara fue resultado de un gran descontento social. Los húngaros no podían continuar viviendo mientras sus derechos eran silenciados por un gobierno comunista, muy influenciado por la URSS directamente, y no reaccionar ante ello.
Podría decirse que los problemas en Hungría comenzaron en 1956 durante del mes de octubre, cuando miles de ciudadanos húngaros tomaron las calles para protestar, comenzando así, el llamado periodo de “desestalinización”. Demandaban, entre otras cosas, que se instaurase un sistema de gobierno democrático y libertad de la opresión que vivían por parte de los soviéticos.
En consecuencia, luego de la muerte de Stalin en 1953, el Partido Comunista desplaza a Rákosi del puesto de Primer Ministro y ubican en su lugar a Imre Nagy.
Durante su mandato, Nagy pidió la retirada de las tropas rusas del territorio húngaro y, además, anunció que Hungría se retiraría del Pacto de Varsovia.
El 23 de octubre de 1956, en el país comenzaron a organizarse huelgas de estudiantes y trabajadores. Principalmente se dedicaron a destrozar la estatua de Stalin, ubicada en Budapest, cuya construcción responde al intento de introducir la ideología del Partido en el pueblo. Por otro lado, atacaban a los soldados rusos.
Al día siguiente, como se menciona anteriormente, Imre Nagy ocupa el puesto de Primer Ministro y le solicita a Nikita Jrushchov, dirigente de la Unión Soviética, la retirada de las tropas rusas.
El 28 de octubre Jrushchov acepta el pedido y el ejército ruso comienza su retirada de Budapest.
Luego, del 29 de octubre al 3 de noviembre, el nuevo gobierno húngaro introduce la democracia y la libertad. A su vez, Nagy anunció que Hungría abandonaría el Pacto de Varsovia. Éste fue un acuerdo de cooperación militar, firmado en 1955 por los países que conformaban el Bloque del Este.
El 4 de noviembre, alrededor de 1000 tanques rusos entraron en Budapest y, para la mañana siguiente, ya habían destrozado a todo el ejército húngaro. Este episodio fue bastante cruento, ya que no solo los adultos se vieron forzados a defender su país, sino también los niños se convirtieron en soldados.
En consecuencia, se estima que aproximadamente 4000 húngaros murieron defendiendo su tierra y convicciones.
Ahora bien, algunas de las causas por las que la revolución húngara de 1956 sucedió, además de la recién mencionada, pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
- El pueblo húngaro se vio sumido en la pobreza, debido a la mala organización comercial que había. Mucha de la comida y bienes que se producían en el territorio eran enviados a la actual Rusia.
- Los húngaros eran muy devotos de su patria, por lo que, no soportaban el control soviético que se había instaurado en su país.
- Las corrientes desestalinistas que habían comenzado a gestarse en distintas partes de la región, fueron un gran impulsor de la organización y posterior ejecución de la revolución.
- Por otro lado, los húngaros esperaban ayuda del Oeste, es decir, esperaban que Naciones Unidas o, en ese entonces, el presidente de los Estados Unidos, Eisenhower, tomaran cartas en el asunto, pero no fue así.
Luego de la Revolución, durante el periodo de 1956 a 1958, János Kádár ocupa el cargo de Primer Ministro, sustituyendo a Nagy.
Por un lado, Kádár no contaba con el apoyo del pueblo húngaro. Por el otro, el sentimiento antisocialista había quedado asentado.
Muchas personas habían logrado salir del país, pero pocas regresaron. Además, no fue tarea fácil salir de la pobreza en la que se había sumido el pueblo húngaro.
Ana Sofia Nota: Colaboradora del Departamento de Historia IRI – UNLP. Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales CoFEI. IRI – UNLP.
Te puede interesar: A 5 años del Brexit: Crónica y efectos