El Parlamento libanés aprobó el miércoles la distribución de 556 millones de dólares en tarjetas de prepago para medio millón de familias con problemas de liquidez en el país.

En virtud de la nueva ley, los hogares que cumplan los requisitos recibirán hasta 137 dólares al mes para ayudar a comprar artículos de primera necesidad durante el próximo año. Un funcionario del gobierno dijo a la Agence France-Presse que Beirut espera utilizar préstamos del Banco Mundial para cubrir 300 millones de dólares del programa de 556 millones.

El pequeño país mediterráneo se encuentra en medio de su peor crisis económica y financiera en décadas desde su guerra civil de 1975-1990. Las tasas de desempleo se han disparado y la moneda libanesa ha perdido más del 90% de su valor desde octubre de 2019. Alrededor de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

“Los libaneses se han convertido en refugiados en su propio país”, dijo a Reuters el legislador Hadi Aboul Hosn, del Partido Socialista Progresista.

Los legisladores dieron luz verde a las tarjetas de racionamiento un día después de que el gobierno anunciara una reducción efectiva de los subsidios a los combustibles con el fin de frenar la agobiante escasez de combustible en todo el Líbano. Los vídeos virales muestran largas colas de coches frente a las gasolineras, donde los empleados que racionan la gasolina se han convertido en el blanco de ataques casi diarios. La crisis del combustible también ha provocado cortes de electricidad, lo que significa que los residentes tienen poca electricidad en medio de las abrasadoras temperaturas del verano.

El estancamiento político del Líbano, fuertemente endeudado, está agravando la crisis económica. El país lleva sin un gobierno que funcione desde agosto de 2020, cuando el gobierno del primer ministro Hassan Diab dimitió tras la explosión del puerto de Beirut que mató a 200 personas y destruyó gran parte de la capital libanesa.

El Daily Star informó de que el primer ministro designado, Saad Hariri, no ha regresado de un viaje a Abu Dhabi, “lo que ha hecho disminuir las esperanzas de que se reanuden los contactos destinados a resolver las diferencias entre él y el presidente Michel Aoun sobre la formación de un gabinete propuesto”.

Desde que el gobierno libanés dejó de pagar su deuda el año pasado, los donantes extranjeros se han mostrado reacios a desbloquear la tan necesaria ayuda financiera sin que se lleven a cabo reformas significativas y haya un gobierno estable.

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Redacción
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