Las tensiones entre Egipto y Etiopía continúan en aumento, días antes de la próxima reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la cuestión del Nilo. El pasado lunes, Egipto emitió un comunicado de última hora expresando su “firme rechazo a esta medida unilateral”, haciendo referencia al accionar etíope al comenzar una nueva fase de llenado en uno de los principales afluentes del río Nilo.
El aviso sobre las medidas llevadas a cabo por Etiopía no fue bien recibido. Se caracterizó esta acción como “una violación de las leyes y normas internacionales que regulan los proyectos construidos en las cuencas compartidas de los ríos internacionales”.
El proyecto en profundidad
El proyecto que se está llevando a cabo, y por el cual surgieron varias diferencias entre ambos, es la llamada Gran Presa del Renacimiento de Etiopía. Se trata de una represa hidroeléctrica que se convertirá en la más grande de África una vez terminada.
Desde Adis Abeba, capital de Etiopía, se considera un proyecto esencial para su desarrollo, mientras que los gobiernos de Egipto y Sudán consideran que puede llegar a restringir el acceso de agua de sus nacionales.
Por parte del gobierno etíope aún no hubo comentarios oficiales al respecto. Sin embargo, un alto funcionario del Ministerio de Agua mencionó a la agencia de noticias AFP que se encontraba en línea dentro del calendario nacional y seguiría siendo así.
Además, Etiopía sostiene que el accionar de agregar agua al embalse es una parte importante de la construcción, aunque el volumen de agua acumulada también depende de la cantidad de lluvia estacional que haya. El gobierno mencionó anteriormente que completarían esta nueva fase de llenado, con o sin un acuerdo entre los países.
Diferencias en el continente africano
Tanto desde Egipto como desde Sudán las presiones han aumentado, principalmente para que Etiopía firme un acuerdo vinculante sobre las operaciones que se llevan a cabo en el Nilo en torno a este proyecto. Ambos países han instado al Consejo de Seguridad de ONU para abordar el asunto.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, dijo en una nota a la ONU que las negociaciones están estancadas y acusó a Etiopía de adoptar “una política de intransigencia que socavó nuestros esfuerzos colectivos para llegar a un acuerdo”.
También el presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, dio declaraciones al respecto. El mismo advirtió a Etiopía a principios de este año que su gobierno no toleraría ninguna medida o accionar que redujera la proporción de agua del Nilo en Egipto. “Todas las opciones están abiertas si se toca la parte de Egipto”, afirmó.
Por otra parte, Sudán declaró el año pasado que el proceso provocó escasez de agua, lo cual Etiopía desacredita. El Ministro de Aguas de Sudán, Yasser Abbas, en meses anteriores también habló al respecto, advirtiendo que si Etiopía seguía adelante con la segunda etapa de llenado su país “presentaría demandas contra la empresa y el gobierno etíope”.
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