El presidente de Túnez ha suspendido el Parlamento y ha destituido al primer ministro Hichem Mechichi, en una medida condenada como un ataque a la democracia por sus rivales, pero otros saludaron con celebraciones en las calles.
El presidente Kais Saied dijo el domingo que asumiría el poder ejecutivo con la ayuda de un nuevo primer ministro después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades tunecinas por la gestión del gobierno de la pandemia del COVID-19 y de la economía.
Es el mayor desafío hasta ahora a una constitución de 2014 que dividía los poderes entre el presidente, el primer ministro y el parlamento.
“Muchas personas fueron engañadas por la hipocresía, la traición y el robo de los derechos del pueblo”, dijo en una declaración difundida por los medios de comunicación estatales.
“Advierto a quien piense en recurrir a las armas… y a quien dispare una bala, las fuerzas armadas responderán con balas”, añadió.
También suspendió la inmunidad de los miembros del parlamento, insistiendo en que sus acciones estaban en consonancia con la Constitución.
La declaración se produjo tras una reunión de emergencia en su palacio, después de que miles de tunecinos se manifestaran en varias ciudades, con gran parte de la ira centrada en el partido Ennahdha, el mayor del parlamento.
El presidente del Parlamento tunecino, Rached Ghannouchi, acusó al presidente Saied de lanzar “un golpe de Estado contra la revolución y la Constitución” tras la medida.
Sin liderazgo
utas políticas con el primer ministro Mechichi, mientras el país se enfrenta a una crisis
Saied lleva más de un año en un contexto de crisis económica y a una respuesta poco eficaz a la pandemia del COVID-19.
Saied y el parlamento fueron elegidos en votaciones populares separadas en 2019, mientras que Mechichi asumió el cargo el año pasado, sustituyendo a otro gobierno de corta duración.
El periodista con sede en Túnez, Rabeb Aloui, dijo a Al Jazeera que el movimiento de Saied no fue una sorpresa, ya que había amenazado con disolver el parlamento y despedir al primer ministro.
“Desde el pasado mes de septiembre (hemos) vivido bajo una crisis política”, dijo Aloui. “Realmente estamos viviendo una crisis económica, con la crisis sanitaria también la pandemia de coronavirus”, dijo.
Túnez se ha visto desbordado por los casos de COVID-19, y más de 18.000 personas han muerto a causa de la enfermedad en este país de unos 12 millones de habitantes.
Miles de personas protestan
Miles de personas desafiaron las restricciones del virus para manifestarse a primera hora del domingo en Túnez, la capital, y en otras ciudades. Las multitudes, en su mayoría jóvenes, gritaban “¡Fuera!” y eslóganes que pedían la disolución del parlamento y elecciones anticipadas.
Las protestas fueron convocadas en el 64º aniversario de la independencia de Túnez por un nuevo grupo denominado Movimiento 25 de Julio.
Hubo una fuerte presencia de seguridad, especialmente en Túnez, donde los bloqueos policiales bloquearon todas las calles que conducían a la carretera principal de la capital, la avenida Bourguiba. Esta avenida fue uno de los lugares clave de la revolución tunecina de hace 10 años, que derrocó al gobierno dictatorial y desencadenó las revueltas de la Primavera Árabe.
La policía también se desplegó alrededor del Parlamento, impidiendo el acceso de los manifestantes.
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