El pasado domingo, un dron de Estados Unidos realizó un ataque militar contra un objetivo del ISIS-K en Kabul, Afganistán. Se trataba de un vehículo de ISIS-K con explosivos, del cual no hubo víctimas civiles conocidas después del ataque.
El portavoz del Comando Central de Estados Unidos, Capitán de Marina Bill Urban, escribió en un comunicado que las fuerzas militares eliminaron “una amenaza inminente de ISIS-K al aeropuerto internacional Hamad Karzai”.
“Confiamos en que alcanzamos con éxito el objetivo. Las explosiones secundarias significativas del vehículo indicaron la presencia de una cantidad sustancial de material explosivo”, agregó Urban.
Sin embargo, este no fue el primer ataque desplegado por Estados Unidos. El pasado viernes, un ataque con aviones no tripulados mató a dos miembros de alto perfil de ISIS-K.
Por su parte, el general de la Infantería de Marina Kenneth McKenzie, comandante del Comando Central de Estados Unidos, afirmó a los periodistas el jueves pasado la probabilidad existente de que ISIS-K continúe con los ataques antes de que concluyan las evacuaciones.
McKenzie remarcó: “Creemos que es su deseo continuar esos ataques y esperamos que esos ataques continúen”, y agregó que “Estados Unidos está monitoreando una corriente de amenazas extremadamente activa contra el aeródromo”.
El acontecimiento se produjo en plena misión de evacuación humanitaria, teniendo en cuenta también que el plazo de retirada de las tropas estadounidenses impuestas por Joe Biden es el próximo 31 de agosto.
Desde que las evacuaciones masivas del 14 de agosto comenzaron, aproximadamente han sido transportadas 114.000 personas, mientras que desde finales de julio se evacuaron 120.000.
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