Este miércoles 8 de septiembre se desarrolla el “Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas”. El anfitrión de dicho evento es la Argentina. Se trata de una instancia previa a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará del 31 de octubre al 12 de noviembre próximos, en Glasgow, Escocia.

Las mesas que se desarrollarán durante la jornada tienen como objetivo promover el diálogo para fomentar la ambición y enfatizar la urgencia de la acción climática en las Américas. A su vez, se pretende alentar el impulso con el fin de diseñar mecanismos innovadores de medios de implementación e incentivar la cooperación para la adaptación y resiliencia en el continente.

En representación de nuestro país participan el presidente Alberto Fernández, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el ministro de Ambiente, Juan Cabandié. El jefe de estado argentino dio comienzo a la jornada en la mesa denominada “Camino hacia Glasgow. Mejorando la ambición climática”.

En ella, se harán presentes y darán su mensaje la primera ministra de Barbados, los presidentes de Colombia, Costa Rica, Panamá y de República Dominicana, además del Secretario General de la ONU, António Guterres. A su vez, estará presente Carolina Schmidt, ministra de Medio Ambiente de Chile y presidenta de la COP 25.

La organización del evento tuvo su primer impulso luego de la reunión entre el presidente Fernández y John Kerry, enviado especial para el Clima de los Estados Unidos. El funcionario de Joe Biden tiene un gran peso en el Partido Demócrata. Al respecto, posee una larga trayectoria como senador, candidato presidencial y Secretario de Estado durante el gobierno de Barack Obama. Al respecto, Fernández y Kerry mantuvieron una reunión en mayo pasado, cuando coincidieron en Roma. De aquel encuentro surgió la propuesta de parte de Alberto Fernández de canje de deuda por acciones climáticas.

Le planteé que deberíamos pensar formas de financiamiento para los países que abordan el cambio climático y que eso podría darse con naciones que son deudoras, que en vez de dar recursos podrían bajar la deuda”, declaró el jefe de estado argentino.

Por su parte, John Kerry le sugirió a Alberto Fernández que su país se comprometiera en la organización del evento del próximo miércoles. Por lo cual, según fuentes oficiales, Argentina será co-anfitriona del Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas junto a Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá y República Dominicana. El encuentro también tuvo su impulso a partir del reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que significó un alerta impostergable para toda la comunidad internacional.

En la apertura de la cumbre, las primeras palabras del presidente argentino fueron: “No hay una crisis ecológica ajena a la crisis social ajena a la crisis social, como dice el Papa Francisco. La riqueza en el mundo debe ser contemplada poniendo en valor los activos ambientales. Las lecciones aprendidas en pandemia con las vacunas deben ser aplicadas. Debemos aplicar los derechos de giros del FMI para reducir el shock climático y el shock financiero”. 

Asimismo, sostuvo con contundencia: “El reloj de la destrucción planetaria no se va a detener sino actuamos ahora”. Previo a otorgarle la palabra a John Kerry, sostuvo con énfasis:  “Necesitamos una justicia social ambiental, que es el nombre de la justicia social en nuestra región, la importancia de una política no está dada sólo por el monto de una declamación. Glasgow nos espera.”

En adición, del lado argentino también hablarán el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el ministro de Ambiente, Juan Cabandié. Este último viene conversando con el equipo de Kerry esta posibilidad de canjear una parte de la deuda que mantiene el país con el FMI por inversiones en el cuidado del ambiente como el desarrollo de campos eólicos o campos solares.

Por su parte, John Kerry se lamentó de las políticas que encabezó Donald Trump y resaltó el compromiso del Gobierno de Joe Biden con el plan de sostenibilidad y transición. “Salvo que cada uno de los países emisores hagan lo suficiente, el resto del mundo va a estar condenado. La naturaleza nos está gritando que no estamos haciendo lo suficiente: vemos inundaciones, sequías, avalanchas, glaciares que se derriten. Les pregunté a los científicos lo que más les preocupa es que lo que está pasando es irreversible. Tenemos que se establezcan planes claros de lo que se va a hacer porque si no, entre el 2020 y 2030 va a seguir aumentando el calentamiento global“.

El enviado especial para el Clima de los Estados Unidos añadió: “Esto es una cuestión matemática, no vamos a lograr la emisión neta cero para 2050 si no avanzamos. Los pasos que tomemos ahora van a crear puestos de trabajo y Estados Unidos dijo que va a reducir para el año 2035 las emisiones de carbono en un 50%.”

En lo subsiguiente de la cumbre, la actividad se dividirá en cinco paneles. El primero, “Mecanismos innovadores para medios de implementación“, será moderado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y contará con la participación de la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Alicia Bárcena, (CEPAL).

El resto de los paneles serán: “Acelerando la acción climática a través de la cooperación regional“, “Comprometiendo al sector privado en la acción climática“, “Fortalecer la resiliencia costero-marina a la vulnerabilidad climática” y “Naturaleza y clima: enfoques transformadores para la adaptación y la acción climática“. Una vez finalizados los paneles, en el cierre de la jornada, se realizará una Mesa Redonda Ministerial que será moderada por John Kerry y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié.

Argentina: Auspiciosa en las políticas y deficitaria en su puesta en práctica

El año 2021 presentó múltiples retos para el país más austral del continente. Algunas tienen su raíz en problemas de fondo, como la discusión sobre el modelo productivo; otras son más puntuales, que versan sobre la toma de decisiones alrededor de un marco normativo de regulación en torno a los bosques, humedales, glaciares o explotaciones mineras.

A su vez, el escenario demanda una urgente atención al cambio climático en relación con la pobreza, temas que a la hora pensar como fortalecer el compromiso para revertir el estado deficitario, deben ser considerados respetando ambos a la vez. El segundo gran eje se vincula con el modelo económico del país, al que urge un imprescindible cambio en los sistemas productivos y de consumo.

Por mencionar las áreas afectadas, se encuentran involucradas la degradación de los suelos, el avance constante de la deforestación y de la frontera productiva, y el agronegocio. Motivo por el cual, es fundamental lograr un marco de conservación ambiental al momento de pensar la productividad.

Por eso, Argentina llevó adelante un proceso de revisión que se coordinó entre ministerios a través del Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC). Al respecto, se implementó una estrategia participativa de los distintos sectores en el ámbito del Gabinete ampliado. Ello no omitió el plano inter jurisdiccional, que se nucleó por medio del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA). Asimismo, en el pasado 22 de abril entró en vigor el Acuerdo de Escazú, el primer tratado ambiental de América Latina y el Caribe que establece estándares regionales para los derechos de acceso en asuntos ambientales, además de promover la creación y fortalecimiento de capacidades y la cooperación internacional en la materia.

Por otra parte, no se puede omitir es el desafío que significa aspirar a lograr, además, que lo ambiental sea incluido en la agenda política cotidiana y aumentar la conciencia y la participación ciudadana en estos temas. En ese sentido, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se promovió la planificación dividida entre la educación ambiental y la acción ambiental.

La primera remite a la incorporación de normas que promuevan la construcción de un proceso de aprendizaje que implique conocimientos, saberes, valores y prácticas ambientales. De ese modo, el objetivo de trasfondo es inculcar la sostenibilidad como proyecto social.

En ese sentido, el 3 de junio de 2021, se publicó en el Boletín Oficial la Ley para la Implementación de la Educación Ambiental Integral (Ley N.º 27.621). De este modo, la iniciativa permite poner en práctica una política pública nacional en la materia, cuyo principal instrumento es la Estrategia Nacional de Educación Ambiental.

En lo que refiere a las acciones, la visión de la cartera ministerial tiene como objetivo impulsar políticas integrales para la construcción de un modelo de desarrollo sostenible en lo ambiental. En ese sentido, la Argentina ya ha incorporado en su legislación la Ley Régimen de Gestión Ambiental del Agua N.º 25.688, la Ley de Gestión de Residuos Domiciliarios N.º 25.916, la Ley de Bosques Nativos N.º 26.331, la Ley de Glaciares N.º 26.639, la Ley de Manejo del Fuego N.º 26.815; y los tratados y acuerdos internacionales en la materia.

En adición, en los últimos años se han impulsado iniciativas para el diseño de políticas públicas ambientales incluyendo la perspectiva de género. De ese modo, identificar las inequidades existentes demanda reflejarlo en todo el proceso de las políticas y programas.

A su vez, en noviembre de 2020 se sancionó la “Ley Yolanda“, que establece los lineamientos para la Capacitación en Ambiente de las personas que se desempeñan en la función pública. El nombre es un homenaje a Yolanda Ortiz, la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de Argentina y de América Latina, designada durante el Gobierno de Juan Domingo Perón en 1973.

Por otra parte, el periodo pandémico puso, gracias a los reiterados incendios, la palabra “humedales” en la agenda pública. De todos modos, los focos en el Delta son una constante desde que las islas se vieron invadidas por la producción agropecuaria. Ello resultó en que, desde hace años, se multiplicara el activismo en defensa de los humedales.

La realidad indica que el territorio argentino está cubierto en un 21 % por humedales. A su vez, en el 2013, un proyecto de regulación de sus usos y cuidados fue aprobado en el Senado. Sin embargo, nunca se logró un acuerdo para tratar la cuestión en la cámara de Diputados del Congreso y en 2015 quedó archivado por simple indiferencia.

En el 2020, la gravedad de los incendios que azotaron el Delta del Paraná entre febrero y septiembre de 2020 parecieron acelerar la sanción de la norma. Lo que es más, se llegó a un proyecto consensuado que promovió la propia Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente de la Cámara de Diputados. Sin embargo, tampoco llegó a debatirse en el Congreso.

Por lo cual, se debe saber que humedales y bosques concentran, en buena medida, los mayores porcentajes de biodiversidad y en su protección está en juego la conservación de cadenas tróficas que van perdiendo eslabones a ritmos acelerados. Entonces, es necesario revisar esa postura en este 2021 para comprender que sin biodiversidad no hay desarrollo posible.

2 COMENTARIOS

Dejá tu comentario