La participación en las protestas en todo Brasil contra el presidente Jair Bolsonaro el domingo fue mucho menor que las concentraciones que el presidente convocó a principios de esta semana, lo que subraya que la presión de las calles sigue siendo insuficiente para impulsar los esfuerzos que buscan su destitución.

Muchos de los que protestaron se vistieron todos de blanco, según las instrucciones de los grupos políticos que organizaron las manifestaciones en al menos 19 estados. Hubo una notable ausencia de partidos políticos de izquierda, lo que disminuyó la participación.

“Bolsonaro está en medio de una crisis política, pero la opinión pública hasta ahora no ha ejercido presión sobre los legisladores del centro para el impeachment”, dijo Leonardo Avritzer, profesor de ciencias políticas de la Universidad Federal de Minas Gerais. “El impeachment puede llegar si los legisladores entienden que empiezan a correr riesgos de no ser elegidos en 2022 si siguen apoyando al presidente brasileño”.

La protesta del domingo apuntaba al gobierno por el supuesto mal manejo de la pandemia del COVID-19 y la creciente inflación, en particular de productos básicos como los alimentos y la electricidad. Pero, para algunos, la manifestación adquirió una nueva urgencia después de los mítines del 7 de septiembre en los que Bolsonaro intensificó sus ataques a la Corte Suprema y amenazó con sumir al país en una crisis constitucional.

“Basta de órdenes de este psicópata (Bolsonaro). Queremos vacunas en el brazo y comida en el plato”, dijo Alessandra Amorim, una contadora que se unió a una manifestación en Sao Paulo. “Parece que estamos derrotados, que no tenemos fuerza. Queremos vacunas en nuestros brazos y comida en nuestros platos. Basta de Bolsonaro”.

Los índices de aprobación del presidente han disminuido constantemente a lo largo del año, pero sigue siendo mucho más popular que los anteriores presidentes que fueron sometidos a juicio político -el más reciente, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, en 2016-.

Como demostraron las manifestaciones del martes a favor de Bolsonaro, el presidente todavía es capaz de energizar a sus seguidores. Recibió una calurosa acogida por parte de los manifestantes en Sao Paulo y en la capital, Brasilia, cuando se dirigió al Tribunal Supremo. Declaró que ya no acatará los fallos del juez Alexandre de Moraes, que asumirá la presidencia del tribunal electoral de la nación el próximo año. También dijo que sólo Dios puede apartarlo de la presidencia.

Desde el inicio del gobierno de Bolsonaro se han presentado más de 130 solicitudes de impeachment, pero el presidente de la cámara baja, Arthur Lira, y su predecesor se han negado a abrir el proceso.

El Partido de los Trabajadores del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los partidos con mayor capacidad de movilización en las calles, no participó en las manifestaciones del domingo. La presidenta del partido, Gleisi Hoffman, dijo que no fue invitada a participar en los actos, aunque apoyaba la causa.

Pero diversos analistas señalaron que es posible que el partido no quiera el impeachment dado que da Silva mantiene una ventaja significativa en las primeras encuestas para la contienda presidencial de 2022. 

Te puede interesar: ¿Un discurso perpetuado?: Bolsonaro critica a la Corte Suprema y califica como farsa a las elecciones

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

Dejá tu comentario