Durante el fin de semana, decenas de migrantes haitianos cruzaron el Río Bravo (que se ubica al sur de Estados Unidos y al norte de México) para suplirse de aprovisionamiento y regresar a su campamento en la frontera de Texas.
En un momento de desesperación, se encuentran en búsqueda de escapar de la pobreza y las desigualdades de su país, afirmando que “no serán disuadidos por los planes de Estados Unidos de enviarlos de regreso”.
El sábado, el Departamento de Seguridad Nacional afirmó que trasladaron al menos a 2.000 de los migrantes de este campamento a otros lugares, principalmente para su procesamiento y posible expulsión de los Estados Unidos.
El Departamento también destacó que 400 agentes y oficiales de seguridad se encontrarían patrullando el área este lunes por la mañana para evitar que nuevos migrantes ingresen.
A estos migrantes se les informó la decisión de Estados Unidos de iniciar un procesamiento para expulsarlos del país, aunque la mayoría de ellos afirmó que permanecerían en el campamento y continuarían buscando asilo.
Los testimonios de los migrantes son varios, pero priman los jóvenes en búsqueda de un futuro mejor. Algunos confesaron que el reciente territorio de Haití y el asesinato del presidente Jovenel Moise profundizó las desigualdades y que “tenían miedo de regresar a un país que parece más inestable que cuando se fueron”.
El pasado viernes, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos cerró el tráfico de vehículos y peatones en ambas direcciones en este cruce fronterizo de Del Río (Estados Unidos) y Ciudad Acuña (México). El motivo era “para responder a necesidades urgentes de seguridad”.
El alcalde de la localidad estadounidense de Del Río, Bruno Lozano, afirmó que el sábado a la noche eran aproximadamente 14.534 los migrantes que se encontraban en uno de los campamentos que los mismos construyeron de forma improvisada.
Desde el gobierno aún no queda claro cómo se acumuló un número tan grande de gente de forma tan rápida, aunque muchos haitianos se han estado reuniendo en campamentos en el lado mexicano de la frontera para esperar la decisión de ingresar o no a los Estados Unidos.
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