El pasado domingo, un volcán en la isla española de La Palma entró en erupción, llevando a que las autoridades tengan que evacuar a más de 1.000 personas por los grandes flujos de lava que se arrastraban hacia las casas de los habitantes en las montañas.
Según el Instituto de Vulcanología de Canarias, la erupción ocurrió cerca del extremo sur de la isla. La última registrada tuvo lugar en 1971.
La Palma posee aproximadamente 85.000 habitantes, y es una de las ocho islas del archipiélago español de las Islas Canarias. Antes de la erupción se registró un terremoto de magnitud 4.2, que tuvo lugar en el área conocida como Cabeza de Vaca.
El presidente de la isla de La Palma, Mariano Hernández, afirmó que no hubo informes inmediatos de muertos o heridos. Sin embargo, mostró gran preocupación por las zonas pobladas de la costa, ya que había cinco puntos de erupción de los cuales dos arrojaban magma.
El alcalde de el pueblo El Paso, Sergio Rodriguez, declaró que 300 personas se encontraban en peligro inmediato, las cuales fueron evacuadas rápidamente. Las rutas y carreteras también fueron cerradas por la explosión, y las autoridades instaron a los ciudadanos a no acercarse a la zona.
“La gente no debe acercarse al sitio de la erupción donde fluye la lava”, afirmó Hernández, “Estamos teniendo serios problemas con la evacuación porque las carreteras están atestadas de personas que intentan acercarse lo suficiente para verlas”.
Por su parte, el primer ministro español, Pedro Sánchez, canceló su viaje a Nueva York ya programado para poder asistir a las Islas Canarias. Además, residentes de pueblos cercanos también fueron alertados para abandonar sus hogares.
El Comité Científico del Plan de Prevención de Riesgos Volcánicos declaró que aquellos terremotos pueden llegar a sentirse más y causar daños a los edificios. La isla se encuentra a la espera de enfrentarse a nuevos deslizamientos de tierra y desprendimientos de rocas.
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