El día 5 de octubre se llevó a cabo el Seminario “Balance y Perspectivas de la Cooperación Regional en Seguridad y Defensa” organizado por la Facultad de la Defensa Nacional y la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos de Chile. En el mismo participaron como expositores Ernesto López, sociólogo argentino, embajador argentino en Haití (2005-2007) y en Guatemala (2007-2014), profesor e investigador; y Miguel Navarro, Jefe del Centro de Investigaciones y Estudios Estratégicos en Chile, abogado, politólogo, y profesor en la Academia de Guerra Aérea y en la Academia de Estudios Políticos y Estratégicos.
Ambos coincidieron en el delicado momento que vive la cooperación regional en materia de defensa y seguridad, y lo complejo que se avizora el escenario futuro al respecto. Sin embargo, difirieron en la forma en que abordaron el fenómeno.
López consideró que existe un grave déficit de articulación de políticas entre los países de la región. Ponderó que desde la desaparición de UNASUR se perdió un valioso foro para proponer, debatir y luego materializar políticas conjuntas en defensa.
Asimismo afirmó que los dos bloques más relevantes de Sudamérica, la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR, presentan fuertes fracturas internas e intentos de reconfigurarlos por completo, lo que redunda en intensos conflictos interestatales que dificultan la integración y cooperación.
Respecto al MERCOSUR, el académico sostuvo que posee un alineamiento de Brasil y Uruguay que buscan salirse del sistema de aranceles comunes y avanzar hacia un mayor liberalismo de mercado. En tanto Argentina bajo la presidencia de Alberto Fernández apunta a lo opuesto. Paraguay si bien está más cercano a los primeros, opera como una suerte de mediador para evitar una ruptura del MERCOSUR.
Al observar la Alianza del Pacífico López enhebra una reconfiguración económica y política en el marco de protestas sociales en sus países miembro. Resalta lo ocurrido en Chile que derivó en una reforma de la Carta Magna y en Colombia con una contestación del sistema que denomina como “fundamentalismo de mercado”.
En este intento por amortiguar el liberalismo económico se experimenta con la clásica tensión entre libertad e igualdad y con una posible pérdida del sentido de la mencionada Alianza. Se verá en el futuro si esto ocurre o simplemente se trata de reconfiguraciones políticas al interior de los Estados miembro.
Lo que López advierte con preocupación es que esta desarticulación funcional de ambos instrumentos institucionales podría redundar en un precario escenario de seguridad y defensa, reduciendo la cooperación. Este escenario se agrava ante la polarización de Argentina y Brasil.
López es optimista sin embargo en que dependerá de los futuros procesos electorales en Brasil, Argentina, Chile y Colombia el escenario futuro, que podría ser de moderación si el MERCOSUR vira hacia el mercado y la Alianza del Pacífico hacia la intervención estatal y se encuentran en el centro.
En este último caso, de ocurrir, se podría generar un beneficioso espacio en el centro para cooperar en materia de defensa y seguridad con políticas de largo plazo entre los Estados de la región. Al respecto López recuerda la exitosa misión de paz en Haití (MINUSTAH) donde los países sudamericanos la llevaron adelante con éxito en pacificar la nación en su momento.
Luego tomó la palabra el catedrático chileno Miguel Navarro, quien desde una perspectiva más teórica coincidió con López en lo oscuro que avizora el horizonte de la cooperación en la región y la precariedad institucional de Latinoamérica.
Navarro prosigue y afirma que los procesos políticos internos afectan la política de defensa y la exterior, lo cual le preocupa pues la extrema ideologización de muchos partidos políticos latinoamericanos hace casi imposible congeniar una cooperación regional firme.
Lamenta la caída del Consejo de Defensa de la UNASUR, dado que Navarro considera que funcionaba como un importante lugar de discusión e implementación de políticas en la materia. Recuerda “lo accesorio sigue a lo principal” al explicar la caída de UNASUR.
Navarro dice que el mundo está observando una nueva guerra fría no ideológica, en el marco de la confrontación entre un renovado frente oriental con China y Rusia y el mundo occidental liderado por EEUU. Si bien la misma es mucho menos abarcativa que la propia Guerra Fría, está afectando al Sur Global y por ello nuestra región requiere urgentes mecanismos de cooperación.
Latinoamérica no es zona de paz sino una zona tranquila, que no es lo mismo, dice Navarro. Hay fuertes amenazas transnacionales, con conflictos de cuarta generación y el avance del crimen organizado que asola Latinoamérica.
La fuerte desigualdad de la región es caldo de cultivo para el narcotráfico y otros medios de empleo irregulares. La narco subversión en muchos Estados es una amenaza a la integridad territorial en países como México. En este contexto, es crucial desarrollar cooperación regional en defensa y seguridad.
Navarro ve cooperación multilateral en varios aspectos, e inclusive esferas de seguridad embrionarias como la acaecida entre Chile y Argentina desde la conformación de fuerzas armadas binacionales en los 2010s. Aunque admite que con las recientes tensiones bilaterales nos encontramos en un contexto más inestable.
Sudamérica debe reconocer la realidad y fundar un sistema de seguridad perdurable en los años mediante el realismo. El idealismo según Navarro no es suficiente y debe nutrirse del realismo para poder generar estabilidad.
Navarro no es optimista sobre el futuro y coincide con López en que los comicios de los próximos años moldearán a nuestra región y definirán el escenario de seguridad y defensa.
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