En el día de ayer, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken confirmó que se se reunirá con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yair Lapid, y con el ministro de Asuntos Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, Sheikh Abdullah bin Zayed.
En la declaración del Departamento de Estado y en una conferencia de prensa del mismo se habló de las expectativas que tiene el país en Medio Oriente y en particular la situación de Palestina e Irán se posicionan como protagonistas de una ¿nueva? estrategia de la Casa Blanca con respecto a la región.
“Discutirán los progresos realizados desde la firma de los Acuerdos de Abraham el año pasado, las futuras oportunidades de colaboración y las cuestiones bilaterales, incluyendo la seguridad y la estabilidad regionales”, dijo el Departamento de Estado.
Blinken se comprometió el mes pasado a animar a más países árabes a normalizar sus relaciones con Israel cuando organizó una reunión virtual con sus homólogos israelíes y árabes para conmemorar el primer aniversario del conjunto de acuerdos diplomáticos históricos.
¿Cómo se mantiene la cuestión de Palestina?
Con respecto a Palestina, el secretario declaró que el gobierno de Biden tiene la intención de seguir adelante con su plan de reabrir el consulado de Jerusalén que tradicionalmente se relacionaba con los palestinos, a pesar de la oposición israelí a tal medida.
Blinken reiteró una promesa que hizo originalmente hace meses sobre el restablecimiento del consulado, que había sido durante mucho tiempo una base para el acercamiento diplomático a los palestinos antes de que fuera cerrado por el predecesor del presidente Joe Biden, Donald Trump, en 2018.
“Seguiremos adelante con el proceso de apertura de un consulado como parte de la profundización de esos lazos con los palestinos”, dijo Blinken en el Departamento de Estado.
La reapertura del consulado, sin embargo, encendería las tensiones entre Washington y su estrecho aliado en Oriente Medio.
Israel ha dicho que se opondría a la medida, afirmando su soberanía sobre Jerusalén y argumentando que el gobierno del primer ministro de extrema derecha Naftali Bennett se vería desestabilizado por la reintroducción de un punto de apoyo diplomático para los palestinos en la ciudad.
Blinken expresó su esperanza de que la normalización entre Israel y los Estados árabes sea una “fuerza para el progreso” entre israelíes y palestinos, reafirmó su apoyo a la solución de los dos Estados y dijo que ambas partes “merecen por igual vivir seguras y protegidas”.
Israel en los últimos años bajo la administración Trump pudo normalizar la relación con algunos Estados árabes. Los Emiratos Árabes Unidos fueron los primeros de los cuatro Estados árabes que se movilizaron a finales del año pasado para normalizar las relaciones con Israel tras décadas de enemistad. Bahréin, Sudán y Marruecos no tardaron en seguir su ejemplo.
Funcionarios palestinos dijeron que se sentían traicionados por sus hermanos árabes por llegar a acuerdos con Israel sin exigir primero avances hacia la creación de un Estado palestino.
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