Los planes actuales de reducción de las emisiones de carbono en el mundo se quedarán un 60% por debajo del objetivo de cero emisiones en 2050, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que ha instado a los líderes a aprovechar la próxima conferencia sobre el clima de Cop26 para enviar una “señal irrefutable” con planes políticos concretos.
En su informe anual Perspectivas de la Energía en el Mundo, rediseñado este año como “guía” para los líderes mundiales que asistan a la cumbre de Glasgow, la AIE predice que las emisiones de carbono se reducirían sólo en un 40% a mediados de siglo si los países se atienen a sus compromisos climáticos.
La organización afirmó que la diferencia entre los planes actuales y el cambio necesario para alcanzar el objetivo de cero emisiones es “abismal”, y que se necesitarán inversiones de hasta 4 billones de dólares (2,94 billones de libras) sólo en la próxima década para salvar la brecha.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, declaró a The Guardian que las principales economías que se están recuperando de la crisis de 19 años ya están perdiendo la oportunidad de estimular la inversión en energías limpias.
“Estamos asistiendo a una recuperación insostenible de la pandemia”, dijo, señalando las secciones del informe que muestran el fuerte crecimiento del uso del carbón, contribuyendo al segundo mayor aumento de las emisiones de CO2 de la historia.
Birol hizo un llamamiento a las economías en desarrollo, en particular, para que asuman compromisos más estrictos de reducción de las emisiones de carbono. Pero dijo que esto no podría ocurrir sin que los líderes de las naciones más ricas que asisten a la Cop26 tomen medidas para desbloquear el flujo de dinero hacia las economías emergentes, presionando a los inversores privados.
“Me gustaría ver a los líderes mundiales… reunirse y dar un mensaje político al mundo de que estamos decididos a tener un futuro de energía limpia”.
“[Deberían decir] que estamos decididos, si inviertes en las viejas fuentes de energía, en las fuentes de energía sucia, te arriesgas a perder tu dinero. Si inviertes en energía limpia, obtendrás grandes beneficios”.
Las perspectivas de la AIE estiman que el 70% de la inversión de 4 tn de dólares necesaria para llegar a la energía neta cero debe fluir hacia los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
Birol afirmó que los líderes mundiales más poderosos podrían convertir en “tarea obligatoria” que organizaciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional den prioridad a los proyectos de energía limpia en esos países, actuando como catalizadores del capital privado.
La advertencia se produce en un momento en que el Reino Unido y Europa se enfrentan a unos precios del gas desorbitados que amenazan con aumentar los costes invernales de los consumidores, cerrar fábricas e interrumpir las cadenas de suministro de alimentos y venta al por menor, que se encuentran bajo presión.
La crisis ha puesto de manifiesto el peligro de depender de combustibles fósiles sujetos a la volatilidad de los precios, pero también el hecho de que la región sigue dependiendo en gran medida del gas, ya que las energías renovables aún no pueden satisfacer las necesidades energéticas.
La AIE dijo que la crisis de precios había dado un “aviso previo” del riesgo de avanzar demasiado lentamente hacia las energías renovables. Birol tachó de “inexactas y engañosas” las recientes afirmaciones de que la crisis de los precios de la energía había sido causada en parte por los esfuerzos de transición. “Veremos que en un mundo de energías limpias, los choques derivados de la duplicación de los precios del petróleo y el gas serán mucho menos sentidos por los consumidores”, afirmó.
Mientras la industria pesada del Reino Unido suplicaba al gobierno más apoyo para sobrevivir a los altos costes de la energía, Birol reconoció que pueden ser necesarias “medidas temporales” para salvar a las industrias en apuros, siempre que no sea a costa de la transición a la energía limpia.
A pesar de las advertencias de la AIE sobre el insuficiente progreso hacia el objetivo cero, la organización -creada por las principales economías a raíz de la crisis del petróleo de 1973- dijo que gran parte de la inversión adicional necesaria para alcanzar el objetivo podría hacerse con relativa facilidad.
Según la AIE, más del 40% de la reducción de emisiones requerida podría proceder de medidas que “se pagan solas”, como la mejora de la eficiencia, la limitación de las fugas de gas o la instalación de energía eólica o solar en lugares donde ya son baratas y eficientes.
La AIE también señaló las posibles oportunidades económicas de la red cero. Afirmó que los compromisos existentes para reducir las emisiones crearían 13 millones de puestos de trabajo, pero que la intensificación de las medidas para cumplir el objetivo duplicaría esa cifra.
La inversión necesaria crearía un mercado de turbinas eólicas, paneles solares, baterías de iones de litio, electrolizadores y pilas de combustible de más de 1.000 millones de dólares al año, comparable al actual mercado del petróleo.
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