La violencia se apoderó de las calles en Beirut este jueves, con una magnitud que no se había visto en 13 años. Al menos seis personas han muerto y varios han resultado heridos, mientras que cientos de ciudadanos salieron a las calles a protestar contra la justicia del Líbano.
Se estima que el detonante de los enfrentamientos, los cuales comenzaron en barrios cercanos a los tribunales de justicia, fue una protesta de dos partidos políticos chiítas contra la investigación judicial sobre la explosión en el puerto de Beirut del año pasado.
Comenzó con disparos de francotiradores desde edificios contra los manifestantes, quienes respondieron al instante con más armas de fuego. Los protestantes continuaron ocupando las calles y el despliegue de soldados no logró detener los disturbios.
El tiroteo desencadenó fuertes enfrentamientos entre hombres chiíes y otros de filiación desconocida, donde al menos nueve resultaron detenidos.
Los líderes de estos dos partidos que organizaron las protestas, Amal y Hezbollah, han acusado a otros grupos religiosos (principalmente a los católicos) vinculados a las Fuerzas Libanesas, aunque estos han negado su participación.
Pero cabe destacar que varios exministros y legisladores de Amal son sospechosos o están imputados por negligencia por la explosión del año pasado, y tanto el partido como el grupo terrorista exigen la destitución del juez Tarek Bitar.
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