El pasado jueves, un nuevo ataque aéreo en la ciudad de Mekele, capital de la región norte de Tigray, dejó al menos siete muertos y múltiples heridos. Los rebeldes denunciaron que fue el gobierno quien mandó a efectuar el ataque.
El portavoz del Frente Popular de Liberación Tigray (TPLF), Getachew Reda, afirmó en Twitter que “el ataque aéreo de Abiy Ahmed ha apuntado hoy a otro barrio residencial (…) de la ciudad de Mekele. Los miembros de dos familias enteras se encuentran entre los muertos y los heridos”.
Por su parte, la televisión local, Tigray TV, también difundió lo sucedido informando que el ataque aéreo “tuvo como objetivo zonas residenciales y mató al menos a siete civiles”.
Al contrario, el servicio de Comunicación del Gobierno anunció que este ataque de las Fuerzas de Defensa Nacionales había destruido la segunda parte del complejo de Ingeniería Industrial Mesfin en Mekele.
Según el Gobierno Federal, esta instalación era utilizada por el TPLF “para el mantenimiento de sus equipos militares”.
Pero no se trata del primer ataque aéreo que sufre la región de Mekele, ya que otras localidades norteñas sufrieron ataques aéreos desde el pasado 18 de octubre. En ese momento, el Gobierno federal lanzó dos rondas de bombardeos que provocaron la muerte de tres menores, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA)
El Gobierno de Etiopía continúa reiterando que la Fuerza Aérea dirigiría todos sus ataques solo contra instalaciones utilizadas por el TPLF con propósitos militares, almacenes de armas y centros de entrenamiento, algo con lo que los rebeldes están en desacuerdo.