China y Rusia vuelven a impulsar el levantamiento de las sanciones de la ONU a Corea del Norte

China y Rusia están presionando al Consejo de Seguridad de la ONU para que alivie las sanciones a Corea del Norte, reviviendo un intento de 2019 para eliminar la prohibición de las exportaciones de Pyongyang de estatuas, mariscos y textiles, y ampliándolo para incluir el levantamiento de un límite a las importaciones de petróleo refinado.

En un proyecto de resolución reelaborado, visto por Reuters el lunes, China y Rusia quieren que el consejo de 15 miembros elimine esas sanciones “con la intención de mejorar los medios de vida de la población civil” en el aislado estado asiático.

Corea del Norte está sometida a sanciones de la ONU desde 2006 por sus programas nuclear y de misiles balísticos.

El proyecto de resolución también incluye otras medidas propuestas por primera vez por Rusia y China hace casi dos años, como el levantamiento de la prohibición de que los norcoreanos trabajen en el extranjero y la exención de las sanciones a los proyectos de cooperación ferroviaria y vial intercoreanos.

Varios diplomáticos de la ONU, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que el proyecto de resolución renovado encontraría poco apoyo. En 2019, Rusia y China celebraron dos rondas informales de conversaciones sobre el proyecto de resolución, pero nunca lo sometieron formalmente a votación.

Los diplomáticos dijeron el lunes que China y Rusia aún no han programado ninguna conversación sobre su nuevo proyecto de resolución. Para que se apruebe la resolución se necesitan nueve votos a favor y ningún veto de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia o China.

Las misiones de Rusia y China en la ONU no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios sobre el nuevo texto, que, según los diplomáticos, se distribuyó a los miembros del Consejo el viernes.

“Siempre ha sido la voluntad de China que también debemos abordar la dimensión humanitaria causada por las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad”, dijo el embajador de China en la ONU Zhang Jun a los periodistas el mes pasado, añadiendo de nuevo que el proyecto de resolución de 2019 “sigue sobre la mesa.”

Poco probable

Un portavoz de la misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas declinó hacer comentarios sobre las discusiones privadas del Consejo, pero añadió que todos los miembros de la ONU deberían centrarse en abordar a aquellos que están violando las sanciones ya establecidas.

“El Consejo de Seguridad ha afirmado repetidamente que está preparado para modificar, suspender o levantar las medidas según sea necesario a la luz del cumplimiento de la RPDC”, dijo el portavoz. “Sin embargo, la RPDC no ha dado ningún paso para cumplir con las exigencias del Consejo de Seguridad en relación con sus programas prohibidos de energía nuclear y misiles balísticos”.

El Consejo de Seguridad de la ONU ya permite exenciones humanitarias. Un investigador de derechos de la ONU pidió el mes pasado que se suavizaran las sanciones, ya que los más vulnerables de Corea del Norte corren el riesgo de morir de hambre después de que se hundiera en el aislamiento durante la pandemia de COVID-19.

Las sanciones a las industrias que Rusia y China han propuesto levantar anteriormente hicieron ganar a Corea del Norte cientos de millones de dólares. Se pusieron en marcha en 2016 y 2017 para intentar cortar la financiación de los programas nucleares y de misiles de Pyongyang.

Corea del Norte continuó desarrollando sus programas nucleares y de misiles balísticos durante la primera mitad de 2021, violando las sanciones de la ONU y a pesar del empeoramiento de la situación económica del país, según informaron en agosto los observadores de las sanciones de la ONU.

El país sufre desde hace tiempo de inseguridad alimentaria, y los observadores afirman que la mala gestión de la economía se ve agravada por las sanciones y, ahora, por la pandemia de COVID-19, que provocó un cierre de fronteras sin precedentes en el país.

El nuevo proyecto de resolución pretende que el Consejo reconozca “la difícil situación de la economía y los medios de vida de la RPDC en los últimos años, subrayando la necesidad de respetar las legítimas preocupaciones de seguridad de la RPDC, y de garantizar el bienestar, la dignidad inherente y los derechos de la población de la RPDC”.

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