El pasado lunes, el gobierno de Etiopía afirmó que los combatientes del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) han asesinado a más de 100 civiles en la ciudad de Kombolcha.
Agregó que “los bandos rivales reclamaron el control de la ciudad en la región de Amhara del país” y que estos jóvenes fueron “ejecutados sumariamente” debido a un tiroteo en la ciudad.
“La comunidad internacional no debe hacer la vista gorda ante tales atrocidades”, afirmó el gobierno en Twitter.
Por su parte, el TPLF no respondió inmediatamente a la acusación del gobierno, aunque las acusaciones ocurrieron horas después de que un portavoz del TPLF afirmara que el grupo había capturado Kombolcha y su aeropuerto.
Para el TPLF, el hecho de haber llegado a esta ciudad representaría un gran avance en su estrategia ofensiva ya que sería lo más al sur que el grupo habría alcanzado desde que ingresó a la región de Amhara, en julio.
Además, la captura también significaría que el TPLF se estaba acercando a la capital etíope.
Los residentes de Kombolcha describieron a la agencia de noticias AFP los disparos sin parar durante la noche y hasta la madrugada del lunes, y algunos informaron lo que parecía ser un ataque aéreo en las afueras de la ciudad alrededor de la medianoche.
Las fuerzas gubernamentales han estado llevando a cabo una serie de bombardeos aéreos de Tigray durante las últimas dos semanas, provocando una masiva censura internacional. Las consecuencias empeoran ya que se estima que 400.000 personas enfrentan condiciones de hambruna.
Pero el gobierno etíope ha negado repetidamente anteriores ataques aéreos anteriores en estas áreas, aunque ambas partes fueron acusadas de cometer abusos en medio de los combates.
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