Este viernes, el primer ministro de la India, Narendra Modi, anunció que se derogará la reforma agrícola contra campesinos y agricultores del país, quienes protestaban desde hace más de un año.
Se espera que la derogación de la misma, presentada en septiembre del 2020, se lleve a cabo en la próxima sesión parlamentaria a finales de noviembre.
“Hoy vengo a decirles, a todo el país, que hemos decidido derogar las tres leyes agrícolas. Insto a los agricultores a regresar a sus hogares, sus granjas y a sus familias y también les pido que comiencen de nuevo”, declaraba Modi en un discurso.
Para muchos sectores de la población, como los agricultores, la noticia fue recibida con alegría y esperanzas, mientras que otros creen que solo generará que el sistema productivo agrícola se atrase y nunca se modernice.
Esto se debe a que la reforma agraria impulsaba diversos cambios, pero el objetivo principal era desregular el sector permitiendo a los agricultores vender sus productos a los compradores (a diferencia de los mercados mayoristas, que los regula el gobierno).
Por ese motivo, el gobierno aseguraba que la reforma del sector significaba nuevas oportunidades y mejores precios para los trabajadores de esta área, que representa alrededor del 15% de la economía de la India.
Pero los trabajadores agrícolas pensaban distinto, ya que esta reforma los llevaría a sujetarse al libre mercado sin garantías de protección, al margen de las grandes empresas.
“No pudimos convencer a un sector de los campesinos. Quizá algo falló en nuestros esfuerzos”, reconoció Modi en un discurso televisivo.
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