En las primeras horas del martes, en una ceremonia la isla caribeña de Barbados se convirtió en una república, cortando los lazos con la reina Isabel II y desprendiéndose del último gran vestigio de su pasado colonial.
La nación tomó posesión de su primera presidenta, Sandra Mason, ex gobernadora general nombrada por la reina.
“Hoy, el debate y el discurso se han convertido en acción”, dijo Mason, de 72 años, a los espectadores reunidos en la capital, Bridgetown. “Hoy, fijamos nuestra brújula en una nueva dirección”.
Mason recibió el voto mayoritario del Parlamento en octubre para asumir el cargo. En un discurso posterior, la Primera Ministra Mia Mottley dijo: “Creemos que ha llegado el momento de reclamar nuestro pleno destino. Es una mujer de la tierra a la que se le concede este honor”.
El país insular, una democracia de unos 300.000 habitantes, anunció en septiembre que destituiría a la reina Isabel como jefa de Estado, siendo la última nación caribeña en hacerlo.
Australia, Canadá, Jamaica, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea son algunas de las naciones que siguen llamando a la reina su jefe de Estado. Barbados seguirá formando parte de la Commonwealth, una asociación voluntaria de 54 países con raíces en el Imperio Británico.
El martes, miles de personas celebraron en todo Barbados el fin de casi 400 años de dominio británico.
Entre el público que presenció la desvinculación en Bridgetown se encontraba un representante de Gran Bretaña: El Príncipe Carlos, hijo mayor y heredero de Isabel. Recibió la Orden de la Libertad de Barbados.
En un discurso, Carlos transmitió un mensaje de su madre, transmitiendo los “más cálidos buenos deseos”. También felicitó a los barbadenses y dijo: “Desde los días más oscuros de nuestro pasado, y la espantosa atrocidad de la esclavitud, que mancha para siempre nuestra historia, el pueblo de esta isla forjó su camino con extraordinaria fortaleza.”
“Esta noche escribís el siguiente capítulo de la historia de su nación”, añadió.
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