El pasado miércoles, el Senado de Brasil aprobó que un pastor evangélico ocupara un puesto en la Corte Suprema, en consonancia con los deseos del presidente Bolsonaro de “nombrar a un juez terriblemente evangélico para el tribunal superior”.
La votación fue de 47 positivos contra 32 negativos y respaldó el nuevo rol que ocupará Andre Mendonca, quien comenzará a ejercer a mediados de diciembre en la sede 11 de la Corte Suprema de Brasilia.
El nuevo cargo de Mendonca surge luego de que quedara vacante este lugar cuando uno de los jueces se jubilara en julio. Su nombramiento fue aclamado por los conservadores.
Pero para Bolsonaro esto significa una victoria adelantada, manifestando en sus redes sociales que su compromiso de llevar a la Corte Suprema “a un juez terriblemente evangélico se cumplió hoy”.
Por su parte, Mendonca durante su nombramiento afirmó: “Aunque soy evangélico, no hay espacio para manifestaciones religiosas públicas durante las sesiones de la Corte Suprema Federal”.
El nuevo juez proclamó su apoyo al laicismo en el gobierno braisleño, tanto “en la vida, la Biblia, en la Corte Suprema, la Constitución”, afirmaba.
Declaró también que defendería “al matrimonio civil para personas del mismo sexo”, apuestas por las que Bolsonaro no se encuentra tan a favor y que en ocasiones rechazó.
Para muchos, el nombramiento de Mendonca es puramente político y representa una victoria para el presidente de cara a las elecciones de 2022, tal y como expresaba el profesor de derecho Michael Mohallem.
Según este último, “le permite retener el apoyo electoral de los evangélicos y también será visto como una señal de que Bolsonaro todavía controla la mayoría en el Senado cuando lo necesita”.
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los brasileros son nacionalistas y los admiro por eso.