Recientemente, Estados Unidos impuso sanciones adicionales contra docenas de funcionarios de Nicaragua luego de que Daniel Ortega tomara posesión de un nuevo mandato al frente del país.
Ortega cumplirá su cuarto mandato consecutivo como presidente del país, elegido el pasado 7 de noviembre. Las elecciones fueron ampliamente criticadas por la cantidad de opositores presos previo a los comicios.
Las sanciones estadounidenses fueron emitidas por los departamentos del Tesoro y de Estado.
Por un lado, el Departamento de Estado anunció restricciones de visa para 116 personas involucradas con la administración de Ortega como alcaldes, funcionarios policiales, fiscales, militares, entre otros.
Además, el Departamento de Estado también declaró que Nicaragua tiene al menos 170 presos políticos bajo custodia que reciben alimentación y atención médica inadecuadas.
Un comunicado del Departamento de Estado rezaba: “el corrupto sistema judicial y de seguridad de Ortega arrestó a estos individuos por ejercer el periodismo independiente, trabajar para organizaciones de la sociedad civil, buscar competir en elecciones y expresar públicamente una opinión contraria a la ortodoxia del gobierno, entre otras actividades consideradas normales en una sociedad libre”.
Por otro lado, el Tesoro congeló los activos estadounidenses del ministro de Defensa y de otros cinco funcionarios del ejército, telecomunicaciones y minería. uniéndose a la lista de otros nicaragüenses con los que los ciudadanos estadounidenses tienen prohibido hacer negocios
Un comunicado del Departamento del Tesoro afirmaba: “Desde abril de 2018, el régimen de Ortega-Murillo ha reprimido la oposición política y las manifestaciones públicas, lo que ha provocado más de 300 muertos, 2000 heridos y el encarcelamiento de cientos de actores políticos y de la sociedad civil”.
En este contexto, la Organización de Estados Americanos (OEA) también votó contra Nicaragua afirmando que las elecciones de noviembre no fueron “libres, justas o transparentes, y carentes de legitimidad democrática”. Luego, Ortega afirmó que se retiraría de la organización.
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Mientras lo veo a Ortega, lo que hizo en su país; a Maduro en Venezuela; Bolivia y, por supuesto, el gobierno de Fernández en Argentina, veo el intento de “sovietizar” a América Latina y transformarla en Corea del Norte. Democracia y DDHH quedaron en el olvido, fueron solo excusas para operar internamente, ahora son dictaduras cada vez más evidentes, ningún país de estos representan un Estado de Derecho o un verdadero respeto por el ciudadano, a la gente la tratan como ganado. No sé porqué insisten con un modelo mediocre que se extinguió el siglo pasado.
[…] Cabe destacar que varios países condenaron las elecciones por no ser “libres, justas o transparentes”, y otros como Estados Unidos impusieron nuevas sanciones a funcionarios del régimen. […]