Por Andrés Gómez Carrión, miembro del Observatorio Universitario de Terrorismo

Referirse al “terrorismo” dentro del sistema internacional es abordar una delicada área que todos definen pero sobre la que nadie consensúa.

¿Qué es terrorismo? Esta es, quizá, una de las preguntas más repetidas en las universidades y menos propuestas en los escenarios de decisión multilateral. Si bien es un tema de vital interés para el mundo, esa situación de indefinición ha permitido a los Estados diagramar bajo estrictos intereses propios, muchas veces no revelados, sus políticas de defensa y seguridad en la lucha contra “grupos terroristas”. Es del caso mencionar que, al no existir una definición generalmente aceptada sobre terrorismo, sus derivados sufren del mismo mal.

En este marco, la amplitud de maniobra política que ha permitido esa falta de definición constituye una de las principales razones para sostener una realidad que ya ha permeado otras áreas de interés no solo estatal sino también social.

Un enclave, desde la acepción más general de la geografía política, es una porción de un territorio perteneciente a una jurisdicción determinada que se encuentra completamente rodeada por un territorio de otra jurisdicción. Es decir, un actor A rodeado por un B que no necesariamente tienen similitudes o relaciones iniciales; no obstante, que ineludiblemente
las desarrollarán con el paso del tiempo, llegando incluso a influir en menor o mayor medida sobre el circundante.

Con el paso de los años, el terrorismo ha tomado mayor terreno dentro del campo político en América Latina, ya sea por acciones concretas o simplemente por el discurso de los actores. De esta forma, hoy se constituye como un enclave dentro del escenario político-electoral de determinados países que encontraron en este una fuente de potenciales electores que han incorporado a su intención de voto el escenario de seguridad al mismo nivel, o por lo menos cercano, de sus necesidades comunes.

Ecuador, con las protestas de octubre de 2019, Perú, con la capacidad de movilización de determinadas organizaciones sociales en 2020, Chile, con las movilizaciones nacionales inéditas ocurridas en el período 2019-2020, y Colombia, con los atentados contra el presidente de la república, el aeropuerto de Cúcuta y la base militar de la misma ciudad, todos en 2021, han hecho del terrorismo un elemento protagónico en la discusión político-electoral. Cabe destacar que todos los hechos referidos ocurrieron, al menos, un año antes o durante el período cercano a las elecciones generales.

De esta forma, tanto los candidatos como las propias organizaciones sociales, e incluso grupos guerrilleros, han adquirido una capacidad superior de desestabilizar el tablero electoral cobijados por el omnipresente “terrorismo”. Al ser un término no definido pero con gran impacto en el imaginario colectivo de la sociedad, el discurso del miedo, por un lado, y el discurso de la revolución, por el otro, son utilizados como mecanismos que al final del día terminan influyendo con singular capacidad en la emocionalidad del votante.

Esa omnipresencia, es decir que todo y nada pueda ser tildado como terrorista, ha aumentado los niveles de permeabilidad de un fenómeno que no debe ser banalizado, todo lo contrario, debe ser entendido y abordado desde su complejidad multidimensional.

En conclusión, la falta de definición conceptual del terrorismo, producto entre otras cosas de los intereses propios de algunos actores del sistema internacional, ha posibilitado un uso inadecuado del término a fin de lograr objetivos en otras áreas no necesariamente adyacentes o vinculadas con el fenómeno en sí mismo. Esta permeabilidad también ha llegado al espectro político-electoral de algunos países de América Latina, funcionando como un elemento con capacidad de redireccionar el voto popular en masa a partir de verdades, hipótesis o incluso falacias asociadas al miedo.

Por todo lo expuesto, es necesario continuar con el abordaje y el tratamiento del terrorismo en distintos escenarios sociales, principalmente académicos, lo cual posibilite la comprensión del término y sus alcances con el objetivo de limitar progresivamente la desinformación y la manipulación incluso en materia electoral.

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Observatorio Universitario de Terrorismo
El Observatorio Universitario de Terrorismo se presenta como un espacio que aspira a fomentar el análisis del terrorismo; a abrir el debate y la reflexión sobre el fenómeno en los claustros universitarios y, también, a instalarlo en los medios de comunicación. Se trata de un equipo interdisciplinario de más de treinta personas, entre estudiantes y jóvenes egresados. Se enmarca en el Departamento de Seguridad y Defensa del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y es parte también del seno del Consejo Federal de Estudios Internacionales (CoFEI). Está dirigido por la Mg. Patricia Kreibohm y coordinado por la Lic. Jessica Petrino. Consultas: out@iri.edu.ar | Redes (Facebook, Twitter, Instagram, Linkedin) @outerrorismo

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