El primer ministro de Irak realizó el miércoles una inusual visita a la frontera del país con Siria para apoyar a las tropas y afirmar que las fuerzas iraquíes son capaces de resistir al grupo Estado Islámico. La visita se produjo después de que los militantes perpetraran una serie de atentados mortales que avivaron el temor de que el Estado Islámico pudiera volver a actuar.
Mustafa al-Kadhimi estuvo en la provincia de Nínive para inspeccionar las medidas de seguridad y elevar la moral. La preocupación por la posibilidad de nuevos ataques del EI ha aumentado desde que más de 100 militantes, al otro lado de la frontera, asaltaron el mayor centro de detención del noreste de Siria, tratando de liberar a presuntos miembros del EI.
“Deben intensificar sus esfuerzos y trabajar sin descanso”, dijo Al-Kadhimi, dirigiéndose a los funcionarios de la frontera y a las fuerzas de seguridad, según un comunicado de su oficina. “Esta zona es muy importante para nosotros y también para el enemigo, y esto requiere redoblar los esfuerzos”.
Los atentados también aumentan en Irak, donde el EI aprovecha un vacío de seguridad en el norte del país perpetuado por las disputas territoriales entre el gobierno federal y la región semiautónoma del Kurdistán.
Al-Kadhimi dijo que confiaba en la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes para frustrar al EI. “Hoy sois más fuertes que ayer”, les dijo. El Estado Islámico invadió amplias zonas del norte de Irak en el verano de 2014, en gran medida porque las fuerzas iraquíes se retiraron.
Al-Kadhmi estuvo acompañado por los ministros de Defensa e Interior. Irak comparte una frontera de 599 kilómetros (372 millas) con Siria.
“Les digo a los terroristas de Daesh: No nos pongan a prueba, lo intentaron mucho y fracasaron. Lo intentarán mucho y fracasarán”, dijo.
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