Rusia inició el jueves la fase activa de ejercicios militares en Bielorrusia mientras Gran Bretaña lanzaba una nueva diplomacia en el enfrentamiento sobre Ucrania, advirtiendo a Moscú que entrar en guerra con su vecino sería desastroso para Rusia, Ucrania y Europa.

Funcionarios estadounidenses han advertido de que Rusia podría atacar a Ucrania tras concentrar tropas cerca de sus fronteras, y han acusado a Moscú de elevar aún más las tensiones al realizar ejercicios militares conjuntos en Bielorrusia con lo que, según la OTAN, es el mayor despliegue de Rusia en el país desde la Guerra Fría.

Rusia niega que esté planeando un ataque y afirma que tiene derecho a desplazar sus tropas como considere oportuno a través de su propio territorio y del de sus aliados con el acuerdo de éstos. Dice que sus ejercicios militares son de naturaleza defensiva.

El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo la semana pasada que se esperaba que Rusia tuviera 30.000 soldados en Bielorrusia, así como fuerzas de operaciones especiales Spetsnaz, aviones de combate SU-35, sistemas de defensa aérea S-400 y misiles Iskander con capacidad nuclear.

Al igual que las maniobras militares en Bielorrusia, Ucrania inició el jueves sus propios juegos de guerra que, al igual que los ejercicios Allied Resolve de Rusia, se desarrollarán hasta el 20 de febrero.

Las fuerzas ucranianas, cuyo número no ha sido revelado, utilizarán drones Bayraktar y misiles antitanque Javelin y NLAW proporcionados por socios extranjeros. Está previsto que Kiev reciba un nuevo envío de ayuda militar estadounidense a lo largo del jueves.

En las conversaciones mantenidas en Moscú con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, la ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, advirtió a Moscú de que no debía atacar a Ucrania.

“Fundamentalmente, una guerra en Ucrania sería desastrosa para los pueblos ruso y ucraniano y para la seguridad europea, y juntos la OTAN ha dejado claro que cualquier incursión en Ucrania tendría consecuencias masivas y acarrearía graves costes”, dijo.

Lavrov dijo que Moscú estaba abierto a mejorar las nefastas relaciones entre Gran Bretaña y Rusia.

“Por supuesto, sólo podemos normalizar las relaciones mediante un diálogo mutuamente respetuoso… Los enfoques ideológicos, los ultimátums, las amenazas y los sermones de moralidad son un camino a ninguna parte”, dijo.

¿Apaciguar las aguas?

Después de que el presidente francés Emmanuel Macron se reuniera con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú el lunes, algunos expertos rusos han dicho que hay señales tentativas de que el ex espía de la KGB quiere evitar una escalada de la crisis de Ucrania.

El hombre clave del Kremlin para Ucrania, Dmitry Kozak, se reunió con funcionarios de Ucrania, Alemania y Francia en Berlín para las últimas conversaciones sobre el conflicto en el este de Ucrania.

El ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, declaró que las conversaciones serían importantes y que esperaba que pudieran volver a poner en funcionamiento el Grupo de Contacto Trilateral sobre el conflicto en el este de Ucrania. El grupo incluye a Rusia, Ucrania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, un organismo de vigilancia de la seguridad.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, dijo que acordar en las conversaciones la continuación de los debates sería una señal positiva.

Al mismo tiempo de que la diplomacia se despliega en Europa, seis buques de guerra rusos han llegado a Sebastopol, en Crimea, reforzando las fuerzas de Moscú en el Mar Negro antes de las maniobras navales previstas, dijeron funcionarios rusos.

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Redacción
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