En medio de la atención de la comunidad internacional en el conflicto entre Rusia y Ucrania, Estados Unidos envió una delegación de altos funcionarios a Venezuela. Lo que, por supuesto, generó el siguiente interrogante: ¿Qué motivo la sorpresiva visita? Una primera aseveración es la posibilidad de diálogo en vistas de aliviar las sanciones provenientes de Estados Unidos al país sudamericano.

El encuentro entre emisarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado con representantes del presidente Nicolás Maduro en suelo venezolano le puso fin a un periodo de distancia y rigideces. Es importante traer a colación que, tras la acusación de fraude en el 2019, Washington y Caracas rompieron relaciones. Un factor adicional a este escenario es que Estados Unidos reconoce al líder de la oposición Juan Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela.

Ahora bien, según lo que se prevé como impulsor del diálogo, la administración Biden tomó cartas en el asunto del posible embargo del petróleo ruso que tuvo confirmación esta semana. Esta decisión, que se suma a las sanciones sin precedentes de los países occidentales destinadas a aislar al presidente ruso, se alinea con la reciente prohibición de las importaciones de gas natural y carbón de Rusia. Motivo por el cual, los medios angloamericanos coinciden en que la nación norteamericana se encuentra en búsqueda de garantías para afrontar la crisis energética venidera y, a su vez, para la seguridad regional ante la perspectiva de una prolongación del conflicto.

Al referirse a la decisión, el presidente Joe Biden afirmó: “Este es un paso que estamos tomando para infligir más daño a Putin, pero también habrá costos aquí, en Estados Unidos”. Ello toma

En ese sentido, lo que se puede extraer de la reunión en el Palacio Miraflores es un incipiente acuerdo que se venía tratando de forma discreta, pero que urgió acelerar su concreción producto de la invasión rusa en territorio ucraniano. El país sudamericano es, en la actualidad, uno de los mayores exportadores de Petróleo del mundo. Pero, lo que es más, también es el aliado más fuerte del presidente ruso, Vladímir Putin, en el hemisferio occidental.

Este lunes, Nicolás Maduro realizó una trasmisión en medios estatales refiriéndose al encuentro. “La noche del sábado pasado llegó a Venezuela una delegación del gobierno de los Estados Unidos de América, la recibí aquí en el palacio presidencial”, dijo.

Según la agencia Reuters, la delegación estadounidense estuvo compuesta por Juan González, el principal asesor de la Casa Blanca sobre asuntos latinoamericanos, el embajador James Story y Roger Carstens, enviado especial de EE.UU. para asuntos de rehenes.

Mientras que, por la parte venezolana, además de Maduro, asistieron la primera dama y diputada Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez.

Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el lunes que la delegación estadounidense discutió una variedad de temas. Entre ellos, se dialogó sobre la seguridad energética, así como la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la producción de petróleo de Venezuela se ha desplomado en las últimas dos décadas, de 3 millones de barriles por día en 2002 a menos de 800.000 barriles por día a principios de este año, según la OPEP. De todos modos, las fuentes estadounidenses confían en que las exportaciones de crudo del país podrían compensar las consecuencias de un posible embargo petrolero contra Rusia. 

Así también lo ratificó, con auspicio, el mandatario venezolano. Afirmó que “Estamos preparados, lo vengo diciendo desde hace meses (…) Venezuela está preparada una vez recuperada Pdvsa (Petróleos de Venezuela S.A) a nivel básico. Estamos preparados para crecer uno, dos, tres millones de barriles (diarios) si hiciera falta para la estabilidad del mundo“.

Primeras acciones tras la reunión

En primera instancia, el titular de la Cámara Petrolera de Venezuela, Reinaldo Quintero, le dijo a la BBC que su país podría aumentar su producción de petróleo en 400.000 barriles por día para ayudar a reemplazar el petróleo ruso.

Eso nos permitirá satisfacer algunas de las necesidades [en] el mercado norteamericano“, dijo.

A su vez, el titular de la Cámara aseguró que no espera que se levanten las sanciones, impuestas por el expresidente Donald Trump. No obstante, espera que la administración de Biden emita licencias que permitan a las empresas extranjeras operar en Venezuela, eximiéndolas así de las sanciones.

En segundo lugar, se produjo un hecho de renombre. Este mismo martes, Se confirmó que Venezuela liberó al menos a dos estadounidenses que estaban presos. Este gesto se produjo tras la reunión del fin de semana, que se puede considerar como un punto determinante de cara al futuro de las relaciones entre el país sudamericano y el norteamericano.

Uno de los presos liberados fue Gustavo Cárdenas, uno de los seis ejecutivos petroleros de Citgo arrestados en 2017. El otro era un cubanoamericano, cuyo nombre es Jorge Alberto Fernández, detenido por cargos no relacionados.

Posterior a la trascendencia de la noticia, el jefe de estado norteamericano publicó un comunicado. En él, afirmó que “Esta noche, dos estadounidenses que fueron detenidos injustamente en Venezuela podrán abrazar a sus familias una vez más”.

Reunión con Guaidó

Luego del encuentro con Maduro, la delegación estadounidense se reunió Juan Guaidó, reconocido por Washington como presidente interino de Venezuela. Además, fueron parte de la reunión representantes de la oposición al gobierno de Nicolás Maduro.

De ello surgió un comunicado de Guaidó, en el que afirma que brindará “mayor información sobre la reunión sostenida con dicha delegación, tras culminar labores de coordinación con el gobierno de los EE.UU. atendiendo razones de interés y seguridad nacional de nuestro aliado“.

Cabe destacar que, en el interín de la permanencia norteamericana en Venezuela, no faltaron reacciones de disconformidad, tanto del equipo de Guaidó como de la línea dura de los legisladores norteamericanos. Desde el seno de su consideración, se oponen al gobierno de Maduro y abogan por un cambio de régimen.

El senador demócrata Bob Menéndez, que también preside el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, declaró en un comunicado: “Nicolás Maduro es un cáncer en nuestro hemisferio y no deberíamos darle una nueva vida a su régimen de tortura y asesinato“.

Por su parte, el senador republicano Maco Rubio fue muy punzante. En su cuenta de Twiter escribió: “Que Biden organice reuniones secretas con el narcoterrorista Maduro sin siquiera informar a los venezolanos que han sufrido y arriesgado todo oponiéndose a Maduro es una vil traición”.

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1 COMENTARIO

  1. Obviamente esta acción tiene que ver con el petróleo, es una movida táctica de ajedrez, Putín quiere quedarse con Ucrania y EEUU quiere quedarse con Venezuela. Lo único que falta es que vuelva la cortina de hierro y el muro.

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