El comunicado expreso del frente 33 de las Farc adjudicándose la responsabilidad del último atentado en Ciudad Bolívar el pasado 26 de marzo, terminó de confirmar las sospechas sobre la presencia de grupos armados en Bogotá.
Desde julio del 2021, los informes de inteligencia venían alertando sobre el accionar de los grupos disidentes en las localidades de Kennedy, Ciudad Bolívar y Santa Fe en tareas relacionadas al comercio ilegal de armas, la extorsión y el reclutamiento forzado de menores.
Es más, los atentados terroristas con explosivos llevados a cabo contra el Comando de Atención Inmediata (CAI) de Arborizadora Alta y la estación de Policía del barrio Sierra Morena, serían parte de una macabra conmemoración por la muerte de Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, registrada el 26 de marzo de 2008.
Como saldo de estos atentados, dos menores de 12 y 5 años perdieron la vida, decenas de personas resultaron heridas y un gran número de viviendas terminaron afectadas. El estado de conmoción causado a los habitantes de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, llevo a que la comunidad de un apoyo manifiesto a la Policía Nacional.
La alcaldesa Claudia López se había referido en varias oportunidades a la posibilidad de que las organizaciones criminales perpetraran hechos de violencia en el contexto de un año electoral en Bogotá. Por esa razón, el presidente Duque reiteró los esfuerzos en dar con el paradero de los responsables fijando una millonaria recompensa.
Hasta el momento, las investigaciones en curso hablan de cinco bandas delincuenciales actuando en la zona. Un conjunto de agrupaciones criminales que estarían actuando como facilitadores del grupo disidente de las Farc, a cargo de alias Jhon Mechas, para efectuar los atentados con explosivos en dependencias de la policía.
Las denominadas “bandolas” centran sus actividades en el micro-tráfico, la venta y alquiler de armas de fuego y el hurto de motocicletas; y suelen estar conformadas tanto por colombianos como venezolanos. Son estructuras criminales que ejercen un control territorial sobre estas localidades y que ofrecen sus servicios a los grupos disidentes por medio de la subcontratación.
Bogotá siempre ha sido un blanco de los grupos armados al margen de la ley, y más aún en la contienda electoral que tomará lugar el próximo 29 de Mayo. De acuerdo a declaraciones del director de la Policía, Jorge Luis Vargas, existen elementos materiales que prueban que el ELN y las disidencias a cargo de “Gentil Duarte” buscan actuar en Bogotá.
Lo que dejan traslucir estos hechos en concreto es que Ciudad Bolívar ha quedado en manos del crimen organizado. La sensación es de una aparente ausencia de autoridad en una localidad que históricamente ha sido una “zona caliente” y epicentro de la economía ilegal.
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