El miércoles pasado se produjo la exposición de Mariano Turzi en el marco de la “Masterclass: Argentina entre la Ruta de la Seda y el Indo Pacífico”. La misma estuvo organizada por la Escuela de Gobierno de la Universidad del Salvador. En lo que refiere a la voz del expositor, es PhD en Estudios Internacionales y Master en Estudios Estratégicos de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Avanzados (SAIS), Johns Hopkins University. A su vez, escribió en 2017 “Todo lo que necesitás saber sobre el (des)orden mundial” y, su obra más reciente es “Cómo los superhéroes explican el mundo” (2020).
En este marco, el Doctor Turzi fue convocado a dialogar sobre la posición de la Argentina entre la Ruta de la Seda (ahora llamada Iniciativa de la Franja y la Ruta) y el Indo-Pacífico. Para sustentar la atención sobre este tema, cabe destacar que a comienzos de febrero, el presidente Alberto Fernández aprobó la incorporación de la Argentina a la Franja y Ruta de la Seda en el seno la reunión cumbre que mantuvieron el jefe de estado argentino y su contraparte de la República Popular de China, Xi Jinping, en Beijing.
Esta decisión, que se encuadra en el marco del 50º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, dio base para un financiamiento por más de 23 mil millones de dólares y, a su vez, se inserta en un compendio de 140 países que ya se encuentran adheridos a la Iniciativa china.
Por otra parte, la Argentina también viene realizando en los últimos años acciones concretas para fortalecer su vínculo con la región del Asia y el Pacífico. Entre ellas, se destacan el relanzamiento del Comité Nacional para el Asia y el Pacífico, que se produjo en 2016. A ello se suma la participación argentina en la Alianza del Pacífico, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés) y la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN por sus siglas en inglés).
En ese sentido, la región es considerada como motor de la economía mundial desde el periodo prepandémico, reflejado en un crecimiento anual de 3,9 % en su PBI. Al respecto, el advenimiento de la pandemia, con todos los estragos que ha causado, no se desvanecieron las proyecciones de la región como clave para la comunidad internacional.
En lo que refiere a la exposición del Doctor Turzi, al momento de tener que explayarse sobre el tema en cuestión, lo primero que realizó para comenzar su abordaje fue distinguir niveles de análisis. Comenzando por el nivel global, desde el cual se refirió concretamente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) y al Indo Pacífico. Seguidamente, mencionó el plano regional, para el cual tomo como referencia a la región del Indo Pacífico/Asía Pacífico desde la perspectiva de su impacto sobre los asuntos internacionales.
Luego de destacar estos puntos, los dos niveles de análisis restantes se situaron en el continente americano. En primer lugar, refiriéndose a la integración regional latinoamericana y luego para destacar el rol de la Argentina y el impacto que podría generar en el proceso de decisiones sobre las políticas públicas.
El Doctor Turzi afirmó que estamos plagados de “procesos que nos hacen pensar y actuar con respecto al mundo”. Añadió que no se puede obviar la persistencia de un “mapa mental que configura las acciones que los gobiernos, privados y civiles llevan adelante”.
Respecto a lo anterior, al momento de considerar el arribo a la agenda internacional de la BRI y del Indo Pacífico, Mariano sentenció que “hablamos de ello porque la globalización como la conocemos se terminó”. Para explayar esta referencia, se apoyó en el hecho de que su finalización es producto de estar sujeta a diversas “transiciones”. Esas transiciones son la económica, la política, la tecnológica, la geoeconómica/geopolítica y la cultural.
Para el desarrollo que convoca este análisis, el Doctor Turzi destacó el carácter sustancial de las últimas dos transiciones. Por un lado, la geoeconómica/geopolítica, que tiene su mayor impacto en el tránsito del centro de los asuntos mundiales desde el océano Atlántico al Pacífico, lo que termina por modificar la observación del mapa. Ahora bien, también remarcó la variable cultural, entendida desde la perspectiva del traslado desde lo Occidental hacia la insipiencia del mundo oriental en un primer plano de los asuntos internacionales.
Dos proyectos contradictorios y competitivos
En primer lugar, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) se ha instalado desde China como una cuestión mundial. Lo que evidencia para Mariano Turzi, en otras palabras, “el nuevo rol chino”. El expositor va respaldar esta afirmación mencionando que la estrategia de la República Popular China es “la recreación de patrones de comercio y distribución global de bienes”. Para ello, tanto la apertura dentro de la diversificación de sus cadenas de valor global como la expansión de las rutas comerciales han generado una elocuente disrupción en la economía global, regional y local.
Ahora bien, el punto central de la estrategia, según el Doctor Turzi es que “El mundo se integre a China, sin que China se integre al mundo”. Ello prevé, por un lado, evitar los costos de la crisis asiática y, por el otro, toma en consideración el inminente colapso del rublo, moneda rusa. Empero, la Iniciativa BRI tiene entre sus objetivos lograr la internacionalización de la moneda china, lo que, sin dudas, redundaría en convertir a China en un actor financiero con mucho más peso en el escenario internacional.
En segundo lugar, el Proyecto Indo-Pacífico se encuentra impulsado desde su origen por Japón, en cuya naturaleza se encontraba una doctrina de estrategia de política exterior. Sin embargo, por la magnitud del alcance y posicionamiento del BRI, comenzó a percibirse amenazado por China. Sobre todo, remarca el Doctor Turzi, por el hecho de que “volvió plausible el sendero para una carrera armamentista, lo que podría ser un factor explicativo de las oleadas de inestabilidad en la región”.
Seguidamente, Mariano lanzó al aire la pregunta “¿Cómo se opone el Proyecto Indo-Pacífico al Proyecto chino?” Para responder este interrogante, mencionó los factores sustanciales. Entre ellos se destacan que su impulso pretende lograr una alianza de países que puedan contener y controlar el ascenso chino; además, se trata de un alineamiento político diferente, partiendo desde la base que el Proyecto Indo-Pacífico radica en EE. UU y el BRI en China. A su vez, dentro de los mismos se encuentran insertas instituciones multilaterales y principios contrapuestos.
En este escenario, ¿qué rol le compete a la Argentina?
Según la observación del Doctor Turzi, los funcionarios argentinos se encuentran ante el riesgo de caer en la “falta de comprensión sobre el surgimiento de proyectos geoeconómicos/geopolíticos contrapuestos”. Esto surge de la naturaleza de los acuerdos que se han entablado con las potencias occidentales, pero también con el mayor actor de peso proveniente del hemisferio Oriental, China.
Esta realidad se presenta, según Mariano, como incrementalmente compleja, dado que la “Argentina no tiene poder propio. Ello conlleva en que, tanto el gobierno como el sector privado vea sus márgenes de maniobra reducidos.” Y es menester traer a colación dos sucesos de trascendencia, que cumplen en condicionar aún más las decisiones del gobierno argentino.
Por un lado, la divergencia de los bloques, que auspicia para el futuro del desarrollo argentino un sendero sinuoso. Mientras que, por el otro lado, la coyuntura que refleja las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania también sitúan a China ante un escenario compuesto por una creciente encrucijada. Por lo cual, el Doctor Turzi consiga que es indispensable contar con un “proyecto estratégico” para mover las piezas en el corto y mediano plazo.
De este modo, Mariano Turzi sienta su consideración final de la siguiente manera: “Nos debemos coordinación en beneficio de Argentina. Ello involucra construir consenso interno, pero también construir coordinación regional”. Puntualmente, añadió para concluir que “la Argentina debe aumentar los espacio de autonomía, ya que el incesante ascenso y descenso de grandes poderes como el movimiento de las ciudades emergentes provoca que el dinamismo del sistema internacional se mantenga latente.”
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