Recientemente, el ejército israelí atacó campamentos de Hamas en la Franja de Gaza, luego de derribar un cohete disparado desde la zona. Se trató del primer ataque de este estilo en varios meses.
Aunque Hamas no se atribuyó la responsabilidad por el cohete hacia Israel, advirtió que respondería a la redada. Esto causó preocupación en la región y, principalmente, en Estados Unidos.
Las posibilidades de una nueva escalada de tensiones como las ocurridas en mayo del año pasado preocupan severamente al gobierno de Joe Biden, debido a que podría desencadenar en una nueva “ronda de violencia”.
Por este motivo, altos cargos de Estados Unidos viajarán hacia Medio Oriente para conversar con diversos funcionarios de Jerusalén, Jordania, Egipto y Palestina.
Se espera que el subsecretario de Estado interino para Asuntos del Cercano Oriente, Yael Lempert, y el subsecretario adjunto, Hady Amr, sean los principales cargos que lleguen a la región.
Asimismo, el secretario de Estado, Antony Blinken, conversó telefónicamente el lunes y martes pasado con el ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, y el presidente palestino, Mahmoud Abbas.
Blinken hizo hincapié en la necesidad de reducir la tensión en la situación en Jerusalén. Con Safadi discutió la importancia de que israelíes y palestinos trabajen en conjunto para “poner fin al ciclo de violencia”, y enfatizó en la necesidad de “mantener el status quo histórico en el Monte del Templo”.
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