Recientemente, el diario brasileño ‘Estadão’ confirmó el acceso a documentos del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Brasil durante la Guerra de Malvinas. Los mismos se encuentran en el Archivo Nacional de Brasil, y serán publicados en junio.
Se estima que los mismos tuvieron como propósito “eludir la censura de Argentina” durante el conflicto, a través de una “Red de Búsqueda de Información”.
En pocas palabras, consistió en una especie de mecanismo de espionaje debido a que la información sobre Argentina en la época era controlada por el gobierno.
De la construcción de los documentos participaron oficiales estudiantes matriculados en las Escuelas de Estado Mayor General del Ejército y de la Fuerza Aérea Argentina, el oficial del SNI de la Secretaría de Inteligencia, periodistas brasileños y argentinos, representantes de diarios y revistas brasileños, entre otros.
Las primeras acciones argentinas y la euforia brasileña
Los documentos detallan que, tras el accionar argentino en las Islas, la Escola Superior de Guerra se mostró entusiasmada luego de que “el gobierno revolucionario había sido legitimado por la derrota del terrorismo y la recuperación de Malvinas”.
El informe también reza que Brasil apoyó a los argentinos con armas e inteligencia, aunque buscó mantener una buena relación con el Reino Unido.
Además, el 26 de marzo de 1982 se reunieron el general Leopoldo Galtieri, el brigadier Basilio Lami Dozo y el Almirante Jorge Isaac Anaya, participando también el canciller argentino Costa Méndez.
En esa reunión, un agregado de la Fuerza Aérea Brasileña informó que se tomó la decisión de lanzar la operación de Malvinas, aunque era un “secreto de Estado”, afirmando: “Ni siquiera los oficiales generales del Estado Mayor Conjunto estaban al tanto. El desconocimiento por parte de los demás niveles de la Fuerza fue un factor muy negativo, pues no se tomaron una serie de medidas”.
La reacción brasileña luego de la Operación Rosario
Los documentos de espionaje también relatan sobre la posición de Galtieri al comandar la operación, y cómo Brasil temía sobre su futuro en el cargo. Para su sorpresa, Galtieri convocó a una gran multitud en Plaza de Mayo “e hizo creer que era posible derrotar a la tercera potencia mundial”.
Desde Brasil se sabía que la recuperación de las Islas estaba prevista para mayo o junio, ya que “las condiciones meteorológicas serían más desfavorables para el británico”. Pero el 2 de abril de 1982, se anunció la Operación Rosario.
“La colaboración de Argentina en la conflictiva región centroamericana (asesores militares entrenando a los contras nicaragüenses) llevaría a suponer que el gobierno de Estados Unidos forzaría una salida diplomática. La reacción inglesa no fue estimada”, detalla el informe.
Brasil, uranio y misiles: lo que el espionaje casi logra
Uno de los profesionales que reconstruyó los documentos enviados al Archivo Nacional fue João Roberto Martins Filho, profesor de la Universidad Federal de São Carlos. Próximamente lanzará un libro llamado “Brasil y la Guerra de las Malvinas: Entre Dos Fuegos”.
Martins Filho no solo investigó los archivos de Itamaraty, sino también los británicos. Detalla que hubo otra forma en la que Brasil obtuvo información de Argentina, luego de descifrar el código de las comunicaciones encriptadas de la cancillería argentina.
El profesor también detalla que, entre las principales preocupaciones, estaba obtener información sobre la ayuda de la URSS, Cuba y la Libia de Gadafi a la Argentina.
En los documentos se informa que Libia se había comprometido a enviar misiles soviéticos SAM-6 y SAM-7, y que se realizaron cinco vuelos en Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas para entregar centenares de misiles.
Pero la gran preocupación de los brasileños fue el programa nuclear argentino, el cual seguían atentos. Según el Centro de Información de la Armada, Argentina negoció con la URSS el envío de 100 kilos de uranio enriquecido a Buenos Aires, por lo que se temía el establecimiento de bases rusas en el país.
Otra de las acciones brasileñas en torno al espionaje fue la captura de un misil AGM-45 Shrike estadounidense, el cual se encontraba en un bombardero Vulcan que aterrizó el Río el 3 de junio volviendo de Malvinas.
Los brasileños acordaron liberar el Vulcan, aunque el misil fue retenido. Reino Unido y Estados Unidos presionaron para recuperarlo. Esto fue importante para el accionar brasileño en el conflicto, ya que para las potencias era “un arma con un sistema de dirección moderno”, y no querían que Brasil “husmeara” en él.
Aunque Brasil intentó aprovechar su espionaje en la guerra de Malvinas para examinar este misil y desarrollar uno propio, el arma fue entregada en secreto a Inglaterra días después de la rendición argentina. Este hecho muestra, en gran medida, el rol que ocupó Brasil con su “Red de Búsqueda de Información” durante el conflicto, aunque trató de mantener buenas relaciones con el Reino Unido a lo largo de él.
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La traducción está casi correcta pero da a entender que los brasileños apoyaron la invasión lo que es equivocado. La tal “Escola Militar” es argentina y no brasileña… como la traduccion propone… Los brasileños estavan sorpreendidos por el apoyo que el gobierno argentino havia obtenido en una accion tan poco pensada.
La informacion que tengo es que jugaron a dos bandas, y cuando estaba todo decidido, estaban con el enemigo.