China ha afirmado que está dispuesta a mantener una “cooperación constructiva” con las Naciones Unidas, mientras la comisaria de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, llega a Guangzhou esta semana para realizar la primera visita de este tipo a la ONU en 17 años.
Bachelet se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en el inicio de su visita de seis días, que se centrará en las denuncias de abusos contra los derechos humanos de los musulmanes en la región china de Xinjiang.
Wang dijo que esperaba que la visita de la funcionaria de la ONU mejorara el entendimiento y la cooperación mutuos y evitara la “confrontación”, según la agencia de noticias china Xinhua, en unos comentarios que no aliviarán los temores de los críticos de que la misión de investigación acabe siendo un lavado de cara.
“Las instituciones multilaterales de derechos humanos deben convertirse en una plataforma de cooperación y diálogo, y no en un nuevo campo de batalla para la división y la confrontación. China está dispuesta a llevar a cabo una cooperación constructiva con la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) basada en el respeto mutuo y en pie de igualdad”, dijo la ministra.
Bachelet dijo al ministro que esperaba intercambiar con muchas personas diferentes durante su visita, en particular con funcionarios del gobierno, líderes empresariales, académicos, estudiantes y miembros de la sociedad civil que trabajan en derechos humanos y otras cuestiones sociales y económicas, informó Associated Press.
“Aunque discutiremos temas delicados e importantes, espero que esto nos ayude a crear confianza y nos permita trabajar juntos en el avance de los derechos humanos en China y en el mundo”, añadió.
La visita supone un gran avance para el ACNUR, que lleva negociando con Pekín para programar un viaje desde septiembre de 2018.
El Gobierno liderado por Xi Jinping concedió el permiso para la visita en enero con la condición de que el viaje fuera “amistoso” y no se enmarcara en una investigación.
Los grupos de derechos humanos llevan años acusando a China de oprimir sistemáticamente a los uigures, una minoría étnica musulmana de la región noroccidental de Xinjiang, y el inicio del viaje de Bachelet ha coincidido con la publicación el martes de un nuevo e importante alijo de documentos relacionados con la detención involuntaria de uigures.
Wang pidió respeto mutuo durante la visita y “evitar la politización de los derechos humanos y adherirse a la equidad y la justicia y evitar el doble rasero; buscar la verdad a partir de los hechos y evitar la desconexión de las condiciones nacionales; mantener la apertura y la inclusión y evitar la creación de enfrentamientos en los campos”.
Los medios de comunicación extranjeros tienen prohibido acompañar a la funcionaria de la ONU y no está claro con quién se reunirá ni el grado de acceso que se le concederá durante su visita. China ha dicho que la delegación visitante permanecerá en una burbuja Covid, similar a las precauciones tomadas en torno a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en febrero.
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