El pasado domingo, el Organismo Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas instó a Irán a reanudar las conversaciones para “evitar una crisis que podría hacer extremadamente más dificil” salvar el acuerdo nuclear de 2015.
Cabe destacar que Irán desconectó la semana pasada diversas cámaras que permitían a los inspectores internacionales monitorear sus actividades nucleares. El accionar iraní fue una respuesta a una resolución aprobada el pasado 8 de junio donde el organismo de la ONU denunciaba la falta de cooperación de Teherán.
El director general de la OIEA, el argentino Rafael Grossi, afirmó que 27 cámaras de vigilancia fueron retiradas, una medida “muy seria” según el funcionario. “La historia reciente nos dice que nunca es bueno comenzar a decirles a los inspectores internacionales, váyanse a casa… las cosas se vuelven mucho más problemáticas”, agregó.
Para Grossi, cualquier trabajo que hagan mientras las cámaras continúan desconectadas solo muestra que las actividades que se desarrollen permanecerán en secreto, haciendo “extremadamente más difícil el camino de regreso a un acuerdo”.
Además, el argentino añadió que sin las cámaras activas la OIEA no puede monitorear si el programa nuclear iraní es realmente pacífico como el país afirma. “La única forma de que Irán obtenga la confianza que tanto necesita para hacer avanzar su economía… es permitir que los inspectores de la OIEA estén presentes”.
Las negociaciones, estancadas desde marzo, encuentran múltiples obstáculos y frustraciones por parte de los funcionarios iraníes. Antonio Guterres, secretario general de ONU, pidió recientemente a los diplomáticos que “rescaten” el acuerdo. Además, debido a esta resistencia, la economía de Irán enfrenta grandes dificultades y su moneda cayó el domingo a su valor más bajo por las sanciones estadounidenses contra el país.
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