El estancamiento político parece cobrar protagonismo en Italia. El primer ministro Mario Draghi presentó su renuncia ayer, la cual fue rechazada por el presidente Sergio Mattarella: ahora, éste deberá buscar apoyos para superar una moción de confianza a tomar lugar el próximo 20 de julio.
El gobierno de Draghi entró en una fuerte crisis tras padecer desacuerdos legislativos con sus ahora ex aliados del Movimiento 5 Estrellas, a partir del debate por un paquete de medidas anticrisis que éstos consideraron insuficiente. Dicho episodio motivó al dirigente a dimitir.
Diferentes integrantes de la coalición que apoya a Draghi acudieron en apoyo del mandatario, y rechazaron la estrategia del Movimiento 5 Estrellas. Eso, sumado a la resistencia de Mattarella a aceptar su renuncia, motivaron la continuidad de Draghi, al menos, hasta el 20 de julio.
En Italia las alarmas están encendidas: la guerra en Ucrania continúa, los objetivos de Rusia lejos están de rebajarse, la inflación no da descanso y repercute en la vida social italiana y, a suma, podría darse un cuadro de disolución del gobierno que complique aún más éste escenario.
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