El pasado viernes 15 de julio, Putin decidió reorganizar a sus principales funcionarios, también a los más cercanos a su persona, nombrando un nuevo jefe de la corporación espacial estatal y otorgando amplios poderes a uno de sus principales ministros. El mandatario destituyó a Dmitry Rogozin como director general de Roscosmos y lo reemplazó con Yuri Borisov, viceprimer ministro a cargo de las industrias de armas, mientras que los deberes de Borisov fueron trasladados a Manturov, el ministro de industria y comercio.
La agencia espacial Roscosmos es sumamente importante para Rusia, ya que supervisa el programa espacial del país y la fabricación y producción de cohetes, instalaciones de lanzamiento y otros activos. Rogozin ocupaba su cargo en la misma desde 2018, fue conocido por su marcada retórica antioccidental. Aunque aún no hubo noticias sobre un nuevo trabajo para él, muchos consideran que aún conserva el favor de Putin, por lo que podría recibir un nuevo puesto de alto nivel.
Sobre Manturov puede afirmarse que ocupó el cargo ministerial desde el año 2012, acompañando al presidente en múltiples viajes nacionales y extranjeros, mientras que Borisov estuvo cuatro años en el puesto en las industrias de armas, aunque sí fue criticado por ciertos defectos y deficiencias en los programas de armas rusos observados durante el accionar militar en Ucrania. Pese a todo, la labor de Borisov no ha sido terrible, ya que su figura resuena ahora como el director general de Roscosmos.
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Las caras con que se miran Putin y Borisov son llamativas. Parecen dos tipos que no se llevan bien.